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Dental Tribune Hispanic and Latin American Edition No. 2, 2018

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America Exitos & fracasos 3 Cada vez se piensa menos en preser- var dientes que pueden ser maneja- dos con endodoncia. Es más lucrati- vo y fácil extraer e instalar implan- tes, algo que se volvió el negocio del siglo. En Internet pueden encontrar «implantólogos» que se ufanan de ser record Guiness al colocar más de 40 implantes en un solo paciente, mo- lares con tres implantes, bicúspides con dos implantes. ¡Es una locura! El facilisimo y el deseo irracional por generar dividendos ha hecho que es- pecialidades como la ortodoncia y la implantología se basen en tristes es- trategias comerciales y no en la solu- ción clínica vanguardista de nuestro tiempo a las que recurren los pacien- tes que esperan la mitigación de sus dolencias en un ambiente humano e íntegro. Reconocer la preparación y la actitud profesional antes que el éxito comer- cial es reconocer la índole científica y humana de nuestra profesión. Esto hará que la dignifiquen de nuevo en el ámbito científico antes que, en el comercial, un ámbito en el que la éti- ca impere, donde ese juramento que hicimos un día valga la pena, que hagamos a nuestros pacientes jus- tamente lo que realmente necesitan. Esto es exactamente lo que mi alma mater me enseñó y lo que día a día pongo en práctica. Este mensaje está más dirigido a concientizar que a juzgar. Si algo está sucediendo por culpa del mer- cantilismo en el que ha caído nuestra amada profesión, es que en la actua- lidad se están sacrificando muchos dientes que podrían ser conservados, pero el deseo de facturar los lleva a ser reemplazados por implantes. He remitido muchos casos a en- dodoncistas que han logrado salvar y recuperar molares afectados. Me productos. Algo real y claro es que los necesitamos, pero cuando no ten- gamos otra opción de tratamiento. Cuando leo que «hay que respetar la decisión del paciente» pienso en un caso hipotético de en una cita médi- ca donde un especialista me indique que debe hacerme una cirugía cual- quiera y yo opine que no, y al final salgo afectado. Esto sería porque no tengo ni idea de medicina y el médi- co le respondería a mi familia que yo extraer e instalar implantes, algo que se “ E s más lucrativo y fácil volvió el negocio del siglo ” siento tranquilo por haber evitado que esos dientes hubiesen sido des- echados y los hubieran cambiado por injertos de hueso, membranas e im- plantes. Hay que mantener lo natural hasta donde más se pueda. Dejemos que la implantología sea utilizada cuando realmente se requiera, no nos dejemos guiar por lo que dicen las casas, que buscan es mover sus fui advertido y que se me había plan- teado una solución con fundamento científico. Quiero expresar con esto que no podemos hacer lo que el pa- ciente quiera, debemos anteponer la ética, el raciocinio y la honestidad: se debe hacer lo correcto y no lo que produzca más dinero. Varias veces me han llegado pacien- tes que piden que les haga tal o cual procedimiento, que va en contra de mis principios y valores. Ante esta situación. yo con mucho respeto los invito a abandonar mi consultorio y a buscar manejo en donde otros co- legas. Como profesionales tenemos el de- ber ético de informarle a la comuni- dad el verdadero concepto de salud oral, los pro y los contra de cada procedimiento, los beneficios y los riesgos, y, más aún, la durabilidad de cada procedimiento. No hay nada mejor que lo natural: los dientes de los pacientes no los debemos sacrifi- car y reemplazar por implantes solo por generar ingresos. Los dientes naturales no son compa- rables con nada que la ciencia nos brinde: conservar antes que extraer. La endodoncia sigue vigente y nos debemos apoyar en ella para brin- darle mejores y más duraderas den- ticiones a los pacientes. Los implantes son una solución vá- lida siempre y cuando el paciente los necesite, cuando no hay forma de preservar las piezas dentales o cuando los pacientes sufren por la pérdida de sus dientes, es decir, solo cuando se requieran, no cuando el bolsillo nos diga que ¡necesita gaso- lina!

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