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Dental Tribune Spanish Edition

DENTAL TRIBUNE Spain Primera plana 9 corporales (personas cenestésicas). Lograr descubrir cuál es el sistema preferente de comunicación en el pa- ciente permite al odontólogo adoptar su mismo registro de expresión ver- bal usando metáforas pedagógicas abundantes en figuras visuales (lo ves claro), o auditivas (me suena bien) o cenestésico (me da escalofríos). Por ello, los sistemas de representación suponen un impacto en una línea de intervención sensorial a través del lenguaje abundando en la expresión con metáforas visuales, auditivas o cenestésicas dependiendo del siste- ma de representación que el paciente tenga más desarrollado. Esta línea no se agota solamente en el plano de la comunicación verbal entre dentista y paciente sino que es posible influir el estado de ánimo enriqueciendo los estímulos sensoriales dentro de la clínica. En este sentido, numerosas clínicas dentales usan música rela- jante cuando intervienen al paciente, colores en las paredes azulados (color terapia) o han eliminado el olor clási- co de las clínicas dentales. Incluso en Estados unidos hay hasta 200 clínicas Spa y en el Reino Unido se han puesto en funcionamiento tornos que evitan el ruido. Visualización del futuro deseado Cuando un odontólogo pretende ex- plicar a un paciente los beneficios de seguir y concluir un tratamiento, puede apelar a las sensaciones que tendrá el paciente como si el objeti- vo haya sido ya alcanzado. Este enri- quecimiento sensorial actúa a nivel subconsciente de una forma pode- rosa y el objetivo a lograr (por ejem- plo el alineamiento de los dientes tras un tratamiento de ortodoncia) pasa a tomar una relevancia e im- portancia mayor en nuestro pacien- te. Así, el dentista que establezca un trato personalizado con el paciente hablándole con imágenes visuales y sensoriales acerca de los resultados positivos al término del tratamiento odontológico tendrá en el paciente un aliado para afrontar las dificulta- des que puedan aparecer. El lenguaje positivo Para la PNL el lenguaje que usamos genera un tipo de realidad u otra. Así cuando el dentista se refiere al dolor puede conseguir aminorarlo o intensificarlo en el paciente depen- diendo si usa un lenguaje positivo o no. Se reconoce como una buena práctica odontológica evitar en la medida de lo posible la palabra dolor sustituyéndola por molestia. Pero si se desea alcanzar el uso excelente del lenguaje positivo el odontólogo debería de ir recogiendo las preocu- paciones de sus pacientes y trabajar maneras alternativas de referirse a la misma situación pero en clave op- timista. LIDERAZGO, RESONANCIA Y COMPETENCIAS DE INTELIGENCIA EMOCIONAL El liderazgo es la habilidad que se tiene para orientar y dirigir a un grupo hacia el logro de una meta aplicando conocimientos, aptitudes y actitudes personales. El modelo de liderazgo propuesto en este artículo es el liderazgo resonante el cual per- mite al líder sintonizar con los sen- timientos de las personas y encau- zarlos en una dirección emocional- mente positiva. El líder resonante sabe generar en los demás el estado de ánimo adecuado a las circunstan- cias, utilizando su empatía, optimis- mo y el entusiasmo. Cuando el líder no sabe interpretar adecuadamente las emociones ajenas trasmite in- necesariamente mensajes negati- vos logrando desviar la atención del grupo de su misión. La inteligencia emocional se asienta fisiológica- mente en los circuitos neuronales que conectan los centros ejecutivos del cerebro (en los lóbulos frontales) con el sistema límbico (centro cere- bral que regula las emociones). Las señales que este sistema trasmite al resto del cuerpo son capaces de hacer variar la tasa hormonal, las funciones cardiovasculares y hasta el sistema inmunológico de las per- sonas. El sistema límbico hace que los líderes emocionales logren una poderosa influencia sobre el cerebro emocional de sus seguidores logran- do estados de ánimo positivos que fortalecen las habilidades neurona- les básicas para desempeñar bien el trabajo y alcanzar los objetivos orga- nizacionales. En contraposición, el estrés y la ansiedad acaban mermando seria- mente la inteligencia emocional. Las personas estresadas reducen su empatía y tienen más dificultades en codificar las emociones de los demás dificultando las relaciones y disminuyendo el rendimiento del grupo. Según estudios realizados por Goleman y Boyatzis, el 20 y 30 por ciento del rendimiento depende directamente del clima emocional del grupo. A su vez, dicho clima de-

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