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Dental Tribune Spanish Edition No. 1, 2016

DENTAL TRIBUNE SpainNoticias16 El 50% de los escáneres son innecesarios Por DT Spain El peligro tras el TAC: el 50% de los escáneres son innecesarios. Y pue- den causar cáncer. La introducción de la tomografía computarizada en el diagnóstico médico supuso una revo- lución pero su popularidad ha hecho que nos sometamos a radiaciones demasiado intensas. La radiación de un TAC es equivalente a la de más de 200 radiografías normales. (iStock) El artículo 21 del Código Deonto- lógico de la Organización Médica Colegial es claro al respecto: “Las exploraciones complementarias no deben practicarse de manera rutina- ria, indiscriminada o abusiva”. Pero, por desgracia, este principio básico de la práctica médica se viola de for- ma recurrente con muchos de los pacientes que se somenten a tomo- grafías axiales computarizadas, más conocidas como TAC o TC. En España se realizan al año unos 4,5 millones de TAC, una cifra un 20% superior a la de hace sólo un lustro. Ni qué decir tiene que este tipo de escáneres con rayos X son indispensables en la práctica médica pero, como ha denunciado la Admi- nistración de Alimentos y Medica- mentos de EEUU (FDA) –basándose en los resultados de importantes es- tudios–, entre el 30 y el 50% de los TAC que se realizan no son necesa- rios. Y se trata de un abuso similar al que se está dando en nuestro país. Lo que es sin duda una herramienta útil para la práctica médica repre- senta ahora un importante peligro a tener en cuenta. La introducción de la tomografía computarizada en el diagnóstico mé- dico supuso una revolución compa- rable a la del descubrimiento de las primeras radiografías. Gracias al tra- bajo de cientos de rayos X que crean imágenes tridimensionales detalla- das, los doctores pueden observar anomalías que, de otra forma, ten- drían que descubrir mediante biop- sias o cirugías. Por fin los médicos podían observar las estructuras inter- nas del paciente sin el solapamiento propio de la radiología convencional. El 4 de octubre de 1971 se produjo en el Atkinson Morley Hospital la prime- ra imagen humana obtenida con esta tecnología y, desde entonces, las má- quinas no han dejado de extenderse y mejorar. Pero lo que es sin duda una herramienta útil para la práctica mé- dica representa ahora un importante peligro a tener en cuenta. Al igual que los equipos de radiogra- fías convencionales o los escáneres PET, los TAC utilizan radiación ioni- zante que, como todo el mundo sabe, puede dañar el ADN y causar cáncer. Y la exposición de los individuos a la radiación es, en este caso, muy eleva- da. En un escáner de abdomen, que es de los más utilizados, se emite una ra- diación de 10 milisieverts (msv), que es el equivalente a hacerse 200 radio- grafías de tronco o 1.500 dentales. El riesgo de someterse a un escáner de este tipo suele estar justificado, pues es la forma más sencilla y me- nos invasiva de detectar algunas pa- tologías comunes como las piedras en el riñon o muchos tipos de tumo- res, pero en mútiples ocasiones se encarga sin justificación, sin valorar otras alternativas –como los escáne- res de resonancia magnética, que no emiten radiación ionizante– o, lo que es peor, se realizan por duplicado. Hay que apuntar que, en la mayoría de los casos, es imposible atribuir de forma precisa el vínculo entre la aparición de un cáncer y la exposi- ción a la radiación de un TAC. Ade- más, el riesgo derivado de someter- se a una sola prueba es mínimo. El National Cancer Institute estadou- nidense (NCI) calcula que el riesgo adicional de desarrollar un cáncer fatal por someterse a una prueba es de 1 entre 2.000, mientras que el riesgo de morir de cáncer por cual- quier razón es de 1 entre 5. En EEUU hasta el 2% de los cánce- res futuros –en torno a 29.000 casos y 15.000 muertes anuales– podrían ser causados por los TAC El principal problema reside en que muchos de los pacientes que se so- meten a la prueba acaban pasando más veces por el escáner, lo que mul- tiplica enormemente el riesgo. Un es- tudio publicado en la revista ‘Radio- logy‘, en el que participaron 31.462 pacientes de dos centros hospitalarios de EEUU, mostró que un 33% de los sujetos se habían sometido a cinco o más escáneres TAC, un 5% a más de 22 pruebas, y un 1% a más de 38. “Descubrimos que mientras que la mayoría de pacientes acumula un pequeño riesgo de cáncer, un 7% de los pacientes del estudio se expu- sieron a tal cantidad de tomografías que incrementaron el riesgo de cán-

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