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Dental Tribune Spanish Edition No. 6, 2016

DENTAL TRIBUNE Spain Noticias 13 Esterilizar la pieza de mano es asegurar su futuro Por Enrique Acosta-Gío* U no de los mayores expertos internacionales en seguridad del paciente y control de infecciones asegura convincentemen- te que no esterilizar la pieza de mano es una conducta de alto riesgo para la salud de nuestros pacientes y para nuestra ca- rrera profesional Las autoridades sanitarias, las institu- ciones académicas y muchos dentis- tas han pasado por alto durante años algo inaudito: que la pieza de mano no se lavase antes de introducirse en la boca del siguiente paciente. Lo cierto es que todo paciente debe ser atendido con instrumental esté- ril, ya que los instrumentos dentales contaminados exponen a los pacien- tes a peligrosos patógenos. En las tres últimas décadas, se descu- brió saliva y sangre en los mecanis- mos internos de las piezas de mano de alta y baja velocidad y se propuso un nuevo estándar industrial para fa- bricar estos instrumentos con mate- riales que permiten su esterilización mediante vapor a presión. Sin embargo, en muchos países los dentistas no cumplen con la esteri- lización obligatoria de la pieza de mano, algo necesario para el ejerci- cio una odontología segura. Aunque las autoridades gubernamen- tales de salud publican y actualizan normas para la prevención y el con- trol de las enfermedades bucales, no vigilan el cumplimiento de la norma- tiva y permiten la comercialización de piezas de mano no esterilizables. Pocas facultades de odontología instruyen a sus alumnos sobre la selección, compra y uso de piezas de mano esterilizables, los procedi- mientos de esterilización y mante- nimiento. La mayoría no obligan a esterilizar la pieza de mano entre pacientes, aun cuando casi todas tie- nen centros de esterilización equi- pados con vapor a presión. En ausencia de una política para la seguridad de los pacientes en las clí- nicas de enseñanza, los estudiantes de odontología continuarán adquiriendo los instrumentos más económicos, aún cuando no puedan ser esterilizados. La razón para no esterilizar la pieza de mano es de índole tecnológica. Las piezas de mano de alta velocidad, im- pulsadas por aire y refrigeradas con agua, salieron a la venta a mediados del siglo pasado y durante cuarenta años su tecnología y materiales cam- biaron poco. Muchos dentistas apren- dimos a trabajar con versiones primi- tivas de estos instrumentos y nunca pensamos en esterilizarlas, pues sus componentes no resistían al calor. Además, no era común tener autocla- ves en los consultorios dentales. MOMENTO DE ACTUAR Las agrupaciones gremiales deben jugar un importante papel para in- crementar el cumplimiento de la esterilización de las piezas de mano. Los fabricantes y sus distribuidores deben vender únicamente piezas de mano que puedan ser esterilizadas. Igualmente importante es que ofrez- can los lubricantes, refacciones y el plan de mantenimiento que requieren. Las piezas de mano no pueden ser desinfectadas porque los desinfec- tantes son corrosivos y las destru- yen. Además, la geometría interna, los empaques y el lubricante son ba- rreras para la penetración de cual- quier desinfectante. El impacto económico de ofrecer atención segura a sus pacientes es también motivo de inquietud para el dentista. Una preocupación similar existe en los servicios de endoscopía, ya que los endoscopios no se pueden esterilizar por calor y cuestan alrede- dor de $20,000 USD cada uno. La tec- nología de baja temperatura para es- terilizar endoscopios por plasma io- nizante cuesta más de $100 USD por cada ciclo de esterilización, y el otro método, el ciclo de gas de óxido de etileno, dura varias horas. Un hospi- tal público en America Latina puede atender a 30 pacientes con media do- cena de endoscopios en ocho horas. La demanda del servicio presiona al personal para lavar y desinfectar cada instrumento lo más rápido po- sible. No es sorprendente que en los procedimientos de endoscopía se do- cumente el mayor número de infec- ciones transmitidas de un paciente a otro por instrumental contaminado. Muchos dentistas erroneamente ar- gumentan que «no pasa nada» por no apegarse a las recomendaciones del control de infecciones. Pero, los análisis genómicos han documenta- do casos de pacientes afectados por la transmisión de hepatitis viral en clínicas dentales. El paciente espera y merece ser atendido con instrumental estéril debidamente procesado: jamás nos otorgaría su consentimiento para ser atendido a sabiendas de que un instrumento contiene sangre y sali- va de otros pacientes. * Jefe del Laboratorio de Microbiolo- gía en la Fac. de Odontología de la UNAM. Contacto: acostag@unam.mx

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