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Dental Tribune Hispanic & Latin American Edition No. 2, 2016

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America Clínica 13 dimensional al restaurador, ni con un modelo presencial tras la preparación cavitaria, por lo que tendrá que impro- visar figurativamente, adaptando una anatomía de molde a una natural, oca- sionando desproporciones y, por ende, incongruencias anatómicas que después deberán ser adaptadas a la función. Ocurreunasituaciónsimilarcuandouna obturación es diferida (curaciones con inter-citas prolongadas); cuando llega el paciente de otro consultorio, en cavida- des en abandono o al desalojar restaura- ciones con demasiado prejuicio estético y amalgamas muy pigmentadas, de las cuales no se tiene noción de la anatomía original (Figura 5). Otros criterios restaurativos en la CTS pueden ser determinados por el sexo, raza e influencia cronológica12-14 (Figura 6). Hay que señalar que esta última es adaptativa, cuando dientes jóvenes por desórdenes oclusales presentan anato- mías con desgastes severos (Figura 7) o dientes viejos pueden conservar rasgos anatómicos originales. Para el trabajo del esculpido en esta pri- mera fase de la CTS la industria ha espe- cializado todos los instrumentos, diver- sificando geométricamente sus puntas y usando diferentes materiales: acero inoxidable altamente pulido, aluminio anodizado, nitrito de titanio y puntas des- cartables de silicón. Sus mangos están adaptados para transmitir una finísima sensación plástica, facilitando el trans- porte, empaque, control y dispersión del composite, aventajando por mucho el esculpido (Figura 8). En este rubro, cabe mencionar la participación de téc- nicas decorativas, o de microincremen- tos, donde intervienen instrumentos con puntas especializadas para la caracteri- zación de surcos, fosetas y fisuras. Algu- nos restauradores incluso utilizan como accesorios limas finas de endodoncia para la caracterización de caries (Figu- ra 9). En esta ornamentación también se puede echar mano de pinceles finos para dispersar resinas fluidas de tonos especiales, magnificando los efectos y complementando la «mímesis». Confección por contorneo: «El primer prerrequisito para finalizar una restau- ración es planear el final»15 . Para que esto se cumpla, se debe hacer un análisis oclusal previo e idealizar la primera fase del esculpido. Hacerlo de esta manera produce escasos eventos de supraoclu- sión y el ajuste residual será mínimo. Aunque no siempre ocurre así. Es inevi- tablerecalcar queel esculpido es a mano alzada y el margen de exactitud no es previsible. Por lo que, comúnmente, se deben realizar una serie de ajustes en este proceso: retoque, modelado, contor- neo, inclinación correcta de planos y ca- racterización anatómica. Son imprescin- diblesparaellolasfresasmultilaminadas de diez y veinte hojas. En esta fase es opcional el empleo de sellados de readhesivo periférico16 y se- lladores de superficie. Estos son proce- dimientos aditivos, no restauradores ni glaseadores, por lo cual terminan por ser removidosgranpartedesusustanciadu- rante el acabado definitivo en la siguien- te y última fase17. Pulido: el glaseado de la superficie del composite tiene varios objetivos: darle un aspecto vital, reducir el poblamiento de microrganismos y aumentar su lon- gevidad. Se deben utilizar sistemas es- pirales y cepillos impregnados de óxido de aluminio, que desvanecen perfecta- mente las estrías, talladuras, rasguños y muescas, causadas por los ajustes de la fase anterior. Las tres fases descritas formulan la CTS, pudiéndose esquematizar dentro de la técnica de bloques incrementales de la siguiente manera (Figura 10): Identificando varios factores, que pue- den influir de manera negativa, directa o indirectamente para generar discrepan- cias,loscualesserevisanacontinuación. Figura 4. Grupo de defectos por desnivelamiento: a) depresión, b) declive, c) muesca, d) acopación, e) microdefectos. Figura 5. No es fácil memorizar rasgos anatómicos durante inter-citas prolongadas. En los casos de: a) curaciones, b) cavidades abandonadas o c) aberrantes que llegan de otro consultorio, no hay datos para senderear la CTS. Figura 7. En muchos casos se debe adaptar la forma a la función, y viceversa. Figura 8. Diversificación de instrumentos para la CTS: empujadores, empacadores y esculpidores además de accesorios. Figura 6. a) La morfología oclusal en dientes jóvenes contiene formas diver- sas y complejas; intentar replicar su naturaleza a la perfección es casi imposi- ble. b) Diente posterior de una persona de 54 años en el que han desapare- cido los rasgos morfológicos por desgaste severo y completa reducción en la inclinación de las cúspides de la cara oclusal. Sin embargo, conserva una restauración de composite datada en 1999. Figura 9. Instrumentos para esculpir microtextura y ornamentación.

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