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Dental Tribune Spanish Edition No.2, 2016

DENTAL TRIBUNE Spain Primera Plana 3 El hueso mandibular se halla atra- vesado por un extenso conducto de- nominado Conducto Dentario Infe- rior, en el se aloja el P.V.N.D.I., este último es más o menos circular, de tejido blando, deformable de 3 a 5 mm de espesor compuesto por la ar- teria y vena alveolar inferior, vasos linfáticos, y el nervio dentario infe- rior; rodeados por un envoltorio de tejido conjuntivo bien definido a ma- nera de vaina, no se la puede consi- derar un vaina perineural, sino que más bien se la puede comparar con la vaina carotidea del cuello (Fig. 1 y Fig. 2). Nace en la cara interna de la rama ascendente mandibular a nivel de un orificio protegido por una len- güeta ósea llamada Espina de Spix, de aquí sigue pegado a la tabla inter- na del maxilar de manera oblicua de atrás adelante, hasta la cara mesial del primer molar, después atraviesa el hueso hacia vestibular acercán- dose a la tabla externa, en todo su trayecto describe una curva a conca- vidad anterosuperior, para terminar bifurcándose a la altura del primer premolar o entre el primer premolar y segundo premolar en un conduc- to externo o mentoniano y otro con- ducto interno o incisivo. En un corte frontal tiene el aspecto de un círculo u ovalo de eje mayor vertical, destacando una cortical ósea que demarca su periferia, dis- minuye su tamaño de atrás a de- lante, la pared superior suele estar atravesada por múltiples y diminu- tos orificios. El conducto dentario debe ser consi- derado como una entidad indepen- diente y no como un simple túnel a través del hueso. En general es úni- co pero se describen dobles conduc- tos dentarios, Serres en 1817 comu- nicó la existencia de otro conducto independiente al dentario, situado por debajo del mismo separado por una delgadísima capa de hueso co- rre paralelo al anterior describiendo una suave curvatura a concavidad superior. Su orificio de entrada se localiza por detrás de la hendidura mandibular separado de la misma entre 1 y 3 mm y desemboca en el “foramen mentale anterius de Hum- phry”, situado en un plano inferior al del agujero mentoniano más cer- ca del borde basilar a una distancia equidistante entre la sínfisis y el orificio mentoniano. En el recién nacido la presencia del conducto es del 100% de los casos. En las man- díbulas infantiles está ausente en el 12% de los casos y su tercio an- terior se halla muy frecuentemente osificado. En las mandíbulas de los adultos se puede identificar hasta en un 20% de los casos, el mismo aloja una vena colateral del paquete vás- culo nervioso del dentario inferior (Fig. 3). Se admite que el conducto de Serres desaparece normalmente entre los 9 y 10 años de edad. (Figún y Garino 1978) [3]. La presencia de conductos acce- sorios en la mandíbula ha sido re- portada en la bibliografía, y su for- mación se explica en el desarrollo embrionario, sobre la 7 semana el nervio dentario inferior se presenta como tres ramos separados que se van fusionando y son rodeados por el hueso membranoso que conforma el conducto durante el crecimiento prenatal, si la fusión es incompleta algunos de los ramos queda aisla- dos y son rodeado por tejido óseo en formación dando origen a un canal accesorio. (Chávez-Lomeli, M.E. et al 1996) [4]. La presencia de variaciones ana- tómicas del conducto mandibular y su contenido ya sea en número como distribución no presenta un patrón específico de división (Fig. 4), pudiendo ser dobles o triples, se encuentran alrededor del conducto principal y pueden terminar o no en un foramen mentoniano secundario o foraminas y ser unilateral o bila- teral. Los diferentes estudios anatómicos indirectos realizados con técnicas radiológicas muestran una preva- lencia relativamente baja de esta va- riación anatómica pero muy impor- tante desde el punto de vista clínico; así Grover y Lorton (1983) [5] repor- taron un 0,08%, Sanchís y col. (2003) [6] un 0,35%, Zografos y col. ( 1990) [7] un 0,4%, Nortjé y col. (1977) [8] un 0,9%, Langlais y col. (1985) [9] un 0,95%, Durst y Snow (1980) [10] un 8,3%, todos estos estudios se rea- lizaron a través de radiografías pa- norámicas. Los hallazgos realizados a través del análisis de imágenes de tomografías computarizadas son de Naitoh y col. ( 2009) [11] un 7% y Suazo Galdames y col. ( 2011) [12] un 1,7%. Winter, A.A. y col. (2011) [13] en un estudio con exploraciones radioló- gicas con tomografía digital volu- métrica de haz cónico (3D i-CAT) y aplicando un software de nave- gación (SimPlant TM, Materialise, Glen Burnie, MD) observó que so- bre 296 mandíbulas estudiadas, 186 (62,84%) no presentaban más de un conducto, 110 (37,16%) presenta- ban más de un conducto, de estos últimos 56 (50,9%) presentaban un canal bifurcado, 37 (33,6%) dos ca- nales bifurcados y 17 (15,5%) tres o más canales bifurcados. Del total (110) el 45,55% se hallaron bilate- ralmente y un 55,45% unilaterales de estos en un 67% se encontraban en el lado derecho y un 33% en el iz- quierdo. Con respecto a la termina- ción anterior mentoniana, 9 (8,18%) terminaban en el foramen mento- niano, 94 (85,45%) terminaban por detrás del foramen mentoniano y 7 (6,36%) lo hacían por delante. Los anatomistas señalan que el con- ducto dentario inferior se localiza por debajo e internamente con re- lación a los ápices del tercer molar y segundo molar, subyacente al al- veolo del primer molar y externo e inferior a la raíz del segundo pre- molar. Dependiendo del sexo, edad, raza y grado de desarrollo, existen variaciones en la relación del con- ducto dentario con los ápices ra- diculares en el 80% de los casos el tercer molar presenta los ápices más cercanos; siguiendo en un 15% el segundo molar; el primer molar y los premolares están ya distanciados del techo del conducto. (Figún y Ga- rino, 1984) [3]. En un estudio anatómico de espe- címenes de ambos sexos, adultos, dentados, sin patologías ni anoma- lías o malformaciones, aplicando técnicas radiológicas como la Tomo- grafía volumétrica Digital de última generación se describen los siguien- tes resultados, al estudiar la distan- cia entre el techo del conducto y el reborde óseo alveolar superior en general la tendencia es que es más pequeña o cercana a nivel de la pie- za 37 aumentando progresivamente o alejándose al llegar al nivel de la pieza 35. La distancia entre la pared vestibular del conducto a la tabla cortical vestibular es mayor a la al- tura de la pieza 37, (más profundo); disminuyendo progresivamente en relación de la pieza 35, (más exter- no). La distancia entre la pared lin- gual del conducto y la tabla cortical lingual es más estrecha a nivel de la pieza 37, y aumenta progresiva- mente a casi el doble al nivel de la pieza 35. La distancia entre el suelo del conducto al borde basilar man- dibular es menor a nivel de la pieza 37,(más inferior) y aumenta la dis- tancia a nivel de la pieza 35 (se ele- va). (Domínguez Mejía, J. et al 2010) [14]. Se ha comprobado por diferentes autores la existencia de perforacio- nes del techo del conducto por los ápices del tercer molar, o se obser- van la presencia de surcos o cana- les en las raíces del tercer molar por donde discurre el conducto, ya que embriológicamente la formación del conducto es mucho más primaria en el tiempo que el tercer molar. (Ba- vitz B. et al 1993) [15]. El conducto termina en el orificio mentoniano y en el inicio del con- ducto incisivo. La topografía del orificio mentoniano es sumamente variable en relación a la edad, sexo, raza y características individuales; tiene una longitud media entre 3 y 6 mm y una orientación hacia atrás, arriba y afuera. Hay autores que des- criben un bucle anterior del conduc- to antes de terminar en el agujero mentoniano en el 12% de los casos (Misch 1995) [16], del 60% (Solar, P. 1994) [17] y de un 88% con unas lon- gitudes entre 11mmy 13mm (Neiva et al 2004) [18]. El orificio mentonia- no es ovalado de 2 a 5 mm de diá- metro de borde anterior afilado y borde posterior romo. La ubicación del agujero mentoniano es variable inclusive en un mismo individuo en el lado derecho e izquierdo. En el adulto pueden observarse las si- guientes posiciones en orden de fre- cuencia: a) a la altura del ápice del Figura 1. Corte Transversal del Pa- quete Vásculo Nervioso Dentario in- ferior. Figura 2. Histología del Paquete Vásculo Nervioso Dentario Inferior. Figura 3. Histología de Mandíbula Fetal Coloración Tricrómico de Mas- son. Figura 4. Variantes Morfológicas del Conducto Dentario Inferior (Winter, A.A. et al. 2011).

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