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Dental Tribune Hispanic & Latin American Edition

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America Desde 1837 las personas que ejercían la profesión debían recibir un entrena- miento formal y obtener una certifica- ción oficial. Había, como en otras partes del mundo, barberos, flebotomistas y cu- randerosquenoteníanpreparaciónpero que habían aprendido el trabajo mien- tras lo hacían. Típicamente, su trabajo se limitaba a la extracción dental. Poco a poco, pero con decisión, sintieron la necesidad de practicar una odontología de cierta calidad y competencia. Muchos aprendieron odontología de dentistas ya bien establecidos. En 1780 comenzó un tipo de evaluación en odontología con el nombre de Proto- medicato de Buenos Aires. Esto se hizo a través de los médicos designados por el rey o el virrey. Los solicitantes tenían que dar un examen. Los que lo pasaban podían trabajar. Sin embargo no había una enseñanza real, la odontología no se enseñaba en una escuela. En 1822 el Protomedicato fue reemplazado por un tribunal médi- co. Para dar a la odontología un camino científico, en 1837 se creó el diploma ofi- cial para los dentistas. El 8 de diciembre de ese año Tomás Coquet (1816-1887) obtuvo su primer grado oficial. Conlaideadegenerarunaverdaderaes- cuela para los dentistas, se pensó en ar- mar un plan de aprendizaje real. El 10 de septiembre de 1844 Don Tomás Coquet obtuvo del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, el nombramiento de profesor. Es de destacar que las personalidades más prominentes de la odontología ar- gentina de ese período fueron Juan y Ni- casio Etchepareborda. Juan Etchepare- bordanacióenFranciaen1823yen1841 se trasladó a Argentina. Apoyó el primer examen para el diploma de flebotomía y, posteriormente, el de dentista, con la ca- pacidad de extraer, de empastar y lograr dientes limpios. En 1847 se convirtió en Profesor de Odontología. Fue el primero en utilizar cloroformo y éter como anes- tésicos, que eran potentes y eficaces, pero todavía no estaban registrados en la farmacopea argentina. Seis años más tarde fue nombrado exa- minador en la Escuela de Medicina en Buenos Aires. Como no había una uni- versidad para estudiar Odontología, los estudiantes aprendieron en forma prác- tica a través de los dentistas practicantes y después de un examen obtenían el di- ploma. Nicasio Etchepareborda, hijo de Juan, estudió medicina en Buenos Aires de 1875 a 1881. Para cursar Odontología fue a París y estudió en la Escuela Libre Dental; se lo considera el primer dentis- ta de América del Sur. En 1883 regresó a Buenos Aires y en 1892 fue designado profesor de la Escuela de Odontología que el Decano de Medicina, Mauricio González Catán (1823-1895), había crea- do un año antes. Esta fue pensada para permitir que los estudiantes estudiaran en Buenos Aires sin tener que viajar a Europa. El curso incluía las siguientes materias: Fisiología Experimental, Física Teórica, Historia Natural y Química Aplicada a la Medicina; Obstetricia y Teoría y práctica de la odontología. ElestudiodeOdontologíafueinicialmen- te anual y en 1894 se convirtió en bienal. Con un mayor desarrollo fue llevado en 1908 a 3 años y a 4 en 1919. Era una es- cuela que fue teniendo características de facultad; esto mejoró en 1920, cuando se creó el Doctorado en Odontología, con duración de cuatro años, que más tarde se amplió a una duración de cinco años a partir de 1934. En 1946, Ricardo César Guardo (1908-1984) —entonces presi- dente de Cámara de Diputados— había presentado un proyecto de creación de la Escuela de Odontología en Buenos Ai- res que logró que fuera aprobado por la Cámara de Diputados el 13 de agosto de 1946. El Senado lo aprobó a su vez el 20 de septiembre y el proyecto se convirtió en ejecutivo con la ley número 12846 el 21 de noviembre de ese año. La Escuela de Buenos Aires se hizo en- tonces Facultad de Odontología. En 1967, el 24 de enero, fue aprobada la ley (vigente), no. 17132, que se refiere a la práctica de la Medicina, Odontolo- gía y actividades auxiliares (parteras, kinesiólogos, terapeutas físicos, ópticos, mecánicos dentales, dietistas, auxiliares de radiología, auxiliares de psiquiatría, auxiliares de laboratorio, auxiliares de anestesia, fonoaudiólogos, técnicos de órtesis y prótesis, técnicos ortopédicos). Los artículos relativos a la profesión del dentista son aquellos que van del 24 al 31 y en cuanto al fondo de las habilidades conlasposibilidadesylaslimitacionesde la figura profesional en cuestión. En resumen, los dentistas pueden ejer- cer la práctica; prescribir; indicar o apli- car cualquier procedimiento directo o indirecto para el diagnóstico, el pronós- tico y/o tratamiento de enfermedades referidas a la odontología y a los maxi- lares; puede promover la conservación; preservación o la restauración de la sa- lud oral; realizar servicios de consultoría pública o privada. Luego, la ley se refiere a las normas rela- tivas a la enseñanza en la universidad y las relativas a la acreditación en público o en privado. El odontólogo en Argentina actualmente es considerado un prestigioso profesio- nal, preparado científicamente, ética- mente correcto y de gran estima en la población. Además, es posible obtener el doctorado en Odontología, lo que da aún más valor para el estudio y la práctica del área de la salud dental. 28 Historia La evolución de la odontología en la Argentina L a evolución de la práctica odontológica en Argentina ha sido muy compleja. En un principio no existía ninguna re- glamentación. Por Diana Clara Daich de Eidelsztein La doctora Daich de Eidelsztein es odontóloga de la Dirección de Sa- lud y Asistencia Social en la Univer- sidad de Buenos Aires, y Profesora Titular de Historia de la Odontolo- gía y del Pensamiento Científico en la Universidad Maimónides. Instituto municipal de Ortodoncia y Odontología infantil (año 1941) Foto:guardoortodoncia.com.ar

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