Vivimos agobiados por la falta de tiempo. Condicionados por cir- cunstancias que nos conducen a perderlo. Como el tráfico, las lar- gas esperas en los aero- puertos. Frente a esta realidad, los adelantos tecnológicos no son un remedio porque mientras más avances co- nozcamos más distractores tendremos, todo lo cual nos impide aprovechar este recurso tan importante para tener una vida balancea- da y tranquila. Más allá de la zona geográfica en que nos en- contramos, del tamaño de nuestra empresa, de nuestro nivel económico o de cualquier otra circunstancia, el tiempo es el recurso más importante con que contamos, un re- curso no renovable, finito, no almacenable y, por ende, escaso si no somos capaces de optimizar su uso. Tanto en el plano personal como en el empresarial, tenemos la opción de sacarle el mayor provecho al tiempo, o simplemente dejar que pase, sin mayor tras- cendencia o impacto. Desde una perspectiva filosófica, existen múltiples interpretaciones del tiempo. Pero nos quedamos con la idea de Aristóteles, que lo concebía como una percepción relativa al movimiento, “el tiempo es la medida del mo- vimiento según el antes y el después”. En el mundo en que vivimos, las comunica- ciones revolucionaron la velocidad en las res- puestas y establecemos contacto en tiempo real con cualquier lugar de los cinco conti- nentes. El tiempo se ha convertido en el ver- dugo de la vida. Y si a este hecho le sumamos la cantidad excesiva de información —y sobre todo de desinformación— que recibimos a cada instante a través de las redes sociales, la sensación que tenemos es que el tiempo es cada vez más efímero. Decimos que no tenemos tiempo, pero eso es un sofisma. No tenemos tiempo si no lo ad- ministramos de manera eficiente, si no defi- nimos las prioridades. Y si a esta interpretación le sumamos la prisa con que viven las nuevas generaciones, que ya no quieren formar parte de los procesos sino obtener resultados inmediatos, el tiem- po deja de ser un aliado y dificulta cualquier esquema, lo que hace que se incrementen los índices de depresión, de insatisfacción e incluso de soledad y suicidio, aun en países en los que la administración del tiempo es esmerada e impecable. Ya pasam os a ser m ás de 8.000 m illones de habitantes en el planeta y esto ha gene- rado sobrepoblación y congestión, y tiene una repercusión en los desplazam ientos, lo que hace perder tiem po incluso en paí- ses desarrollados. Si a este hecho le añadimos el tiempo que perdemos en las redes sociales, el problema es aún mayor, en algunos casos más que en otros, pero vivir por fuera de las redes es prác- ticamente imposible. Cada día dependemos más de la información y la queremos inme- diata, los tiempos de navegación se han in- crementado en redes y creo que acá es donde cabe una mejor pregunta: ¿Cuán productivo es el tiempo empleado en ellas? El mundo, en mayor o menor proporción, está generando adicciones a este tipo de información. No quiero decir con esto que estar vinculado a una red social sea perjudicial; de hecho, tras la pandemia, muchas personas y empresas migraron del trabajo presencial al trabajo vir- tual con las razonables e interesantes impli- caciones en la optimización de recursos. Sin embargo, es conciencia de cada uno hacer un alto en el camino para establecer qué tan productivo resulta su tiempo de navegación y búsqueda de contenidos en la red. Ante esta am enazante realidad, yo invito al lector a plantearse un uso productivo del tiem po tanto en su vida personal com o en su labor profesional, y dado que la m isión de estos artículos es proponer tem as de reflexión a los profesionales de la odonto- logía, creo que una definición explícita de los siguientes aspectos sería de ayuda para esa gestión acertada del tiem po. Defina claramente sus prioridades. Revise en detalle su agenda de trabajo y analícela bajo criterios que previa- m ente establezca. Elabore un plan de trabajo detallado. En las clínicas odontológicas es nece- sario hacer de m anera proactiva una agenda planeada, sensata y acorde con las necesidades del paciente y de la clínica. Si alcanza una com unica- ción clara con sus pacientes o clien- tes podrá desarrollar ese plan. Una clínica odontológica, como cual- quier empresa, debe ser impecable en el manejo del tiempo. Y bastaría con ser puntual en la hora de atención para ha- cerla competitiva. Incluya m árgenes de error ante even- tualidades im predecibles, para lo cual sugiero: Determ ine los tiem pos de m ayor afluencia. Determ ine los tiem pos de baja de- m anda y sobre estos espacios asígne- los o bien a la planeación o establezca una estrategia para increm entar su dem anda en pacientes m ayores que no tengan dificultad para asistir. Determ ine los tiem pos m uertos o tiem pos perdidos. Entrene a la persona asistente en la asig- nación de citas de manera eficiente, don- de se minimicen los tiempos muertos y se concentre la asignación de citas. Seleccione los pacientes que siem pre son puntuales y establezca un código para darles el espacio m ás acertado y cum plirlo. Haga una lista de los pacientes que nor- malmente cancelan la consulta o llegan tarde, y establezca un plan de contingen- cia para ellos. Antes de dar la cita, valore con el es- pecialista el procedim iento que se va poner en práctica en la próxim a con- sulta, de m anera que corresponda al tiem po necesario; así se evitará que una asignación desacertada entor- pezca el desarrollo del día. Mejore la comunicación con sus pacien- tes, de manera que se establezcan las reglas de calidad en la atención desde el mismo momento en que empieza el tratamiento, así evitará contrariedades. Sea m uy analítico, pragm ático y obje- tivo, pero sobre todo destáquese usan- do com o estrategia diferenciadora de m ercado el respeto por la atención oportuna en la consulta, con los com - prom isos, la planeación y el cum pli- m iento que esto im plica. El tiem po es un recurso que bien adm inis- trado perm ite una vida balanceada, am ena e integral que dignifica y genera valor al en- torno. Com o propósito para este nuevo año le invito a que trabaje en detalle en la ela- boración de un plan de trabajo que incluya sus objetivos en el corto, el m ediano y el lar- go plazo, que pueda m onitorear y que a su vez incluya fechas para su cum plim iento, pues teniendo identificado lo que quiere y cuándo lo quiere, con disciplina logrará los resultados, y el tiem po dejará de ser su ver- dugo para volverse su aliado.