DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America - 5 - LA CRISIS DEL CORONAVIRUS Tiempo de curar y de consolar E l Profesor David Suárez Quintanilla aborda diversos ángu- los y repercusiones de la pandemia del coronavirus, advir- tiendo de que la detención de las actividades odontológicas a nivel mundial puede ser el fin de muchas clínicas y el despido de muchos profesionales. Por David Suárez Quintanilla acto en el Parlamento de Galicia sobre la famosa Gripe Española, donde espe- cíficamente se preguntó a varios de los expertos intervinientes sobre este tema, la posibilidad de que esa pandemia se repitiera. A los españoles, no sin razón, nos encanta echar la culpa a los políticos; en este caso, creo que el fallo principal, al menos el inicial, fue de los asesores (véase las dramáticas palabras del políti- co italiano Matteo Renzi, que aconsejó a España no perder tiempo en tomar me- didas de emergencia). La capacidad de contagio del virus, muy superior al de la gripe convencional, ha roto todas las previsiones. También esta contagiabilidad ha sorprendido a los dentistas, a mí el primero, y quizás no he- mos sido demasiado conscientes de que debíamos de cerrar de inmediato todas nuestras consultas, ya que las teóricas urgencias, nunca vitales, no compensa- ban el altísimo riesgo de contagio (por la distancia de trabajo, uso de aerosoles). A las instituciones colegiales y al propio «No es momento de enunciar errores o buscar culpabilida- des sino de prevenir, curar y, en el peor de los casos, consolar». producirse por doquier y que minaba el espíritu, la moral y la vida de un ejército perdido en un medio hostil. Esa imagen del perro debilitado por mi- llares de picaduras de pulgas es la que me asalta cuando pienso en Europa. No creo en teorías paranoicas donde el virus procede de un desalmado laboratorio secreto, nos tenemos que ir acostum- brando a estas situaciones, si bien urge extremar la prohibición en Asia de con- El autor afirma que es necesario detener nuestro hiperconsumismo atroz y cita la frase de Alexis de Tocqueville que dice que “desde el momento que los hombres pierden la esperanza de vivir una eternidad, están dispuestos a obrar como si sólo fueran a durar un día”. sumir con fines propedéuticos animales salvajes o sus apéndices. El hotel donde acostumbro a estar en Hong Kong cuan- do voy a dar cursos, está rodeado de tien- das de medicina tradicional china donde se vende a granel todo tipo de extrañas criaturas, algas, esponjas, raíces y plan- tas. Sabemos, por ejemplo, que algunos tipos de coronavirus residen de forma habitual en murciélagos, que deseca- dos, se venden en la tienda enfrente a mi hotel. Sí me llama la atención la falta de anticipación y protocolos de actuación sobre una pandemia que todos, repito, todos los expertos (sean epidemiólogos, virólogos, microbiólogos, etc.) sabían que iba a pasar (y hablo de conversa- ciones con compañeros catedráticos de medicina de mi universidad o de confe- rencias en la Real Academia de Medicina de Galicia). Recuerdo, por ejemplo, un ministerio de sanidad le cogió un poco el toro por los cuernos en el tema de las clí- nicas de odontología, creando discrepan- cias y críticas entre los distintos colegios de odontólogos de España. Esperemos que este parón odontológico mundial sin precedentes no sea el final de mu- chas clínicas de odontología o el despido masivo de profesionales que trabajan en las grandes cadenas de clínicas. Muchos compañeros, yo entre ellos, estamos abo- cados a adaptarnos financiera y laboral- mente a esta nueva y trágica realidad. El futuro es incierto y va a remodelar un sector donde ya no se ataban perros con longanizas, como en tiempos pretéritos. Hay que entender que la tragedia no ha- bla tanto de muertes (dos tercios del total de fallecidos cuenta con 80 años o más y gran parte de los jóvenes más graves No existen calificativos para lo que está ocurriendo en nuestro mundo por la infección del COVID-19, y recalco lo de nuestro mundo como contraposición al otro mundo de la malaria, el dengue, la diarrea, la tuberculosis o la tripanoso- miasis. Parece como si, en unas pocas semanas, la base de nuestra pirámide de Maslow, de necesidades fisiológicas, seguridad, estabilidad laboral e integración social, se ha derrumbado. La hipertrofia social de los pisos superiores de la pirámide, realización personal, derecho a la iden- tidad e imagen personal, ha hecho más impactante su caída. Las calles vacías de las grandes ciudades y el despliegue del ejército crean un paisaje orwelliano a medio camino entre la guerra de los mundos y 1984. Nadie se podía imaginar esto hace unos días, ni nadie estaba preparado para que esto ocurriera en este edulcorado impe- rio de lo efímero en que vivimos y goza- mos, parafraseando a Gilles Lipovetsky. La parada y la reflexión se han impuesto vía cuarentena y también el recorte de los exigidos derechos individuales en aras del bien común. No es momento de enunciar errores o buscar culpabilidades sino de prevenir, curar y, en el peor de los casos, consolar. Estamos inmersos en la guerra mun- dial de nuestra generación, nunca me- jor dicho, una nueva guerra de las pul- gas, entendida como tácticas puestas en práctica para desarrollar una estrategia guerrillera de acoso constante y ataques mortíferos, solo vencida con la contrain- surgencia. Es como la pelea entre un elefante y un tigre. Si el tigre se queda quieto el elefan- te lo aplastará; pero éste nunca lo hace y saltará sobre el lomo del elefante arran- cándole grandes trozos de carne para esconderse después en la jungla. Así, el elefante morirá desangrado. Los solda- dos americanos sufrieron en Vietnam esta guerra de las pulgas, era imposible identificar a un enemigo que parecía re- El Profesor y Doctor David Suá- rez Quintanilla es catedrático de Ortodoncia en la Universi- dad de Santiago de Compostela (España), creador de la Técnica SWLF (Straight Wire Low Fric- tion) y autor del libro «Ortodon- cia. Eficiencia Clínica y Eviden- cia Científica”. presentan patologías previas como leu- cemia) sino del colapso que sufre la es- trella de la corona de nuestro estado de bienestar, la red sanitaria pública. Solo a partir de los 70 años las cifras de mortali- dad se disparan a 5,24 y hasta el 18% en mayores de 80 años. El problema reside en la necesidad de ventilación asistida y en el espacio hospitalario necesario para ello. A medida que la pandemia se va ex- tendiendo, más y más recursos se dedi- can a conocer el virus y la evolución de la enfermedad, incluso en los últimos días la Universidad Politécnica de Valencia ha establecido una modelización epidemio- lógica del COVID-19 muy exacta. Hay varios y recientes artículos de interés para nosotros, los dentistas, como la alta expresión del receptor ACE2 del virus en las células del epitelio oral (Hao Xu y co- laboradores, Int J Oral Sci. 2020). Es cierto que la población general ha cumplido estrictamente las normas de higiene más importantes (lavarse las manos, el móvil, la computadora perso- nal y las gafas con abundante agua, ja- bón o alcohol, limpiar con lejía la mayor cantidad de superficies posibles, lavar la ropa personal y toallas con un programa de lavado no inferior a 40ºC y evitar con- taminar por fómites, lavándolos con des- infectantes, teléfonos, mandos de televi- sión, material ofimático, grifos, pomos e interruptores, además de mantener una distancia de seguridad evitando el con- tacto cercano), pero es importante de- sarrollar de inmediato en la escuela una disciplina que enseñe a los niños a crear, de manera sencilla, todas estas barreras preventivas. Es muy doloroso y trágico lo que está pa- sando y creo que va a tener dos grandes consecuencias contrapuestas, pero con un cierto vínculo de causalidad: una par- te negativa, en forma de crisis económi- ca apabullante (que todos esperamos se resuelva con una recuperación en forma de “V” lo más aguda posible), y otra po- sitivamente dolorosa, de reflexión sobre nuestra sociedad y estilo de vida. Me siento muy orgulloso de ser español y nuestra patria, como conjunto de aque- llos que amamos España, siempre ha dado unas increíbles muestras de solida- ridad y entrega al prójimo, de comunión con los que sufren (somos líderes en do- naciones y transplantes, y hemos demos- trado un ejemplar comportamiento tras las inundaciones, la tragedia del aceite de colza contaminado, los atentados del 11 marzo en Atocha, el terremoto de Lor- ca en Italia, la tragedia del tren Alvia en mi Compostela…). RMEECORONAVIRUSINFORME ESPECIAL CORONAVIRUSINFORME ESPECIALCORONAVIRUS