DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America Ensayo 5 de la ingente literatura, desde los más distintos campos del saber (medicina, psiquiatría, odontología, psicología, so- ciología, matemáticas) que han tratado de abordar el simbolismo y significado de tal enigmática sonrisa. Las opinio- nes han sido de lo más diversas, extra- ñas y variopintas, la mayoría sin ningún respaldo científico, e incluso contrarias al sentido común. Giorgio Vasari, autor del libro Vida de artistas, aclaraba ya en el siglo XVI que la mujer del cuadro era Lisa Gherardi- ni, la esposa del adinerado comerciante florentino Francesco del Giocondo, que había encargado el cuadro al genio italiano. De ahí los títulos del cuadro La Mona Lisa o La Gioconda. Su título oficial es retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo. Mu- chas de las hipótesis sobre la Gioconda resultan anacrónicas y descabelladas y, según estas, la desdichada modelo sería la mujer más enferma del mundo al concurrir en ella signos y síntomas patológicos de casi todos los órganos y sistemas. Incluso hay autores que afir- man que se trata del autorretrato femi- nizado del propio Leonardo. La obra, iniciada en 1503, acumula más de cinco siglos de enigmas y millones de visitantes cada año. Para el investi- gador egipcio Donald Sassoon, autor del libro Mona Lisa. Historia de la pin- tura más famosa del mundo y profesor de historia europea comparada en la universidad londinense Queen Mary, “todas las teorías médicas son un ab- surdo; son basura sin ninguna eviden- cia que las sustenten. Si fuera tan fácil diagnosticar algo, enviaríamos una foto nuestra al médico en vez de ir a la con- sulta”. Revisar la supuesta patología médica de la Gioconda, basada en un simple retrato, con sus lógicas concesiones a la subjetividad del arte frente a la objetivi- dad de la anamnesis médica, produce sonrojo ajeno, al comprobar la teórica categoría científica, o al menos clínica, de los firmantes. La lista es intermina- Villanova), Iridociclitis heterocromática (R Cabezas), lipofroma (S Tamames), alopecia (D Sala), androginia (varios), sífilis (así lo afirmaba Jonathan Jones en “The Guardian” en 2017, basándose en documentos donde la modelo del fa- moso cuadro, habría tomado Agua de Caracol, conocido remedio medieval para esta enfermedad venérea), hip- ercolesteronemia (Dr Vito Franco de Palermo), bocio (Mandeep R. Mehra, director médico del Centro Cardíaco y Vascular Brigham en Boston) y mil problemas más (ver el libro de Chistian Gálvez, Gioconda Decodificada: 500 “He combinado tres elementos para desarrollar una hipótesis de la enigmática sonrisa de la Gioconda: dos ligados a la genialidad de Leonardo y el tercero a las últimas investigaciones neurofisiológicas sobre el cerebro”. ble y, así, parecería que la Gioconda, a pesar de su juventud, es un tratado de patología médica general andante, al padecer: asma (P Pastore), sordera (P Freeman), edentulismo (J Borkowski), parálisis de Bell (KK Adour), hipertrofia de maséteros (M Lucas), bruxismo por estrés (P Gargantilla), tic distónico peri- oral (L Lay-son), tricotilomanía, em- barazo (KD Keele), embriaguez (Royo años de una sonrisa). Es cierto que el arte, especialmente el medieval, tenía un objetivo didascálico y estaba repleto de dobles significa- dos, simbolismos y claves secretas derivadas de la tradición mistérica de los pitagóricos, los órficos y los enig- mas sacros. Tanto la pintura como la imaginería religiosa gótica y flamenca buscaba la representación espiritual subjetiva más que el parecido objetivo (siglos después afirmaría Albert Ca- mus que el arte es una rebelión contra aquello que de fugaz e incompleto tiene el mundo). La escolástica de Santo Tomás de Aquino consideraba a la boca como una fuente de pecado, y la risa algo banal cuando no demoníaco, y así los artistas minimizaban los labios cuando se trataba de representar a la virgen, las santas mujeres, los mártires o los ángeles, lo que condicionaba, por ejemplo, un aspecto avejentado de la virgen, contrastando con la juventud que relata el Nuevo Testamento. De hecho, unos de los cambios más llamativos del Renacimiento inicial (vírgenes de Giotto o Fray Angélico) con etapas posteriores (Filippo Lippi, Boticelli) es el ángulo nasolabial y el perfil del tercio facial inferior de la virgen. El Renacimiento florentino pone al hombre y su estética corporal como centro del mundo, superando el rechazo medieaval hacia la belleza del cuerpo y sus atributos. El cuerpo desnudo se exhibe sin pudor con la excusa de reflejar la mitología pagana o escenas bíblicas. La belleza real, terrenal, sustituye a la etérea e intangible belleza ideal o bonum de la escolástica. Así, Filippo Lippi se atreve a representar una nueva, joven y hermosa virgen María tomando como modelo a su amante la monja Lucrecia Buti. De Lippi, decía el historiador Vasari, que era tan enamoradizo que siempre que veía una mujer que le gustaba se Academy of Osseointegration T E C N O LO G Í A S E N E VO LU C I Ó N e n I m p l a n t e s D e n t a l e s 35A REUNIÓN ANUAL M a r z o 18-21, 2020 Seattle, WA Esta reunión anual proveerá 4 días de tecnología de punta, con técnicas comprobadas y las más recientes investigaciones científi cas por medio de presentaciones didácticas y prácticas en vivo. El programa completo esta en línea. osseo.org Advertiser: Academy of Osseointegration • Publications: DENTAL TRIBUNE, HISPANIC/LATIN AMERICA EDITION Ad Size: Full Page (9.25"×6.75"), Bleed (.125"), 4-color Graphic Services Inc • Phone: 847-725-2306 email: tammyspejcher@execadmin.com PUBLICIDAD