6 Gestión de la práctica DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America MARkETINGODONTOLOGICO Las lecciones del fracaso Por Andrés Cordero Gutiérrez E l experto chileno en Gestión de la práctica, Andrés Cordero, comienza una serie de columnas en Dental Tribune con un artículo en que habla de lo que pocos quieren mencionar: la importancia del fracaso como una experiencia valiosa en la vida profesional para cambiar de rumbo. Hola, mi nombre es Andrés Cordero, soy odontólogo y deseo compartir con ustedes mi experiencia más valiosa: el fracaso. A fines de los 90, decidí que era mo- mento de tener una clínica nueva, más grande, más cómoda, con más tecno- logía, con más especialidades. No tenía idea que ese sueño se convertiría en una terrible, dolorosa y costosa pesa- dilla. Consideré todo: una oficina más am- plia, luminosa y con una hermosa vista a la ciudad, una cómoda sala de recep- ción y espera con hermosos colores y cuadros, áreas clínicas espaciosas con toda la tecnología disponible, oficinas administrativas, más profesionales es- pecialistas en diversas áreas, más per- sonal de apoyo, más opciones de tra- tamientos, etc. Todo fue hecho según lo que yo quería. ¡Realmente lo había logrado! Hubo un solo detalle que no consideré: el paciente. Para ser sincero, sí pensé en el pacien- te, pero asumí que yo sabía lo que él deseaba y cómo deseaba ser atendido. No me di cuenta, pero había caído en la trampa de los supuestos, eso que te hace creer que sabes todo de todos y te lleva a tomar decisiones estratégicas, operativas o de inversión por una sim- ple corazonada, sin investigación, sin estudio, sin planificación. Cada vez que cuento esta historia digo que si hubiese existido un «checklist» El doctor Andrés Cordero es fundador y Director Ejecutivo de Ejercer Consulting y Ejercer ACADEMIA, cofundador y Di- rector de Alianza Dental, docente universitario y creador de la filo- sofía de trabajo en salud “XP”. de qué cosas NO hacer al iniciar una clínica, la habría hecho todas. Así com- prendí que, para ejercer la odontolo- gía, ya no basta con ser dentista. Que lo clínico es evidentemente básico, cen- tral y fundamental, pero no es lo único. Comprendí que el mundo de la gestión no puede quedar al margen de una práctica responsable y eficiente como si fuera algo sin conexión alguna con la profesión. Comprendí que es justa- mente la gestión la que permite dar oportunidad, orden y sustentabilidad en el tiempo a una clínica. Tuve la cer- teza que la gestión, bien entendida y aplicada, cuida, proyecta y potencia la profesión y la dignidad del quehacer profesional. Comprendí que la ges- tión motiva, fortalece y desarrolla a los equipos de trabajo y, en especial, se preocupa de los pacientes, sus expe- riencias y sus aspiraciones. A partir de esa vivencia, hice de la ges- tión mi pasión, mi razón de ser y mi trabajo. Me mueve que las personas conozcan, comprendan y apliquen conceptos de gestión en su día a día, más allá de su profesión, especialidad, etapa de la vida profesional, edad, in- dependientemente si son emprende- dores, dueños de sus clínicas o traba- jan asalariados en una organización, o si son parte del sistema público de atención. Pero entiendo que la gestión por sí mis- ma no soluciona nada. Resulta que la gestión es, en esencia, solo una herra- mienta y, como tal, la puedes ocupar o no, lo puedes hacer en el momento adecuado o no y la puedes usar bien o mal. Entonces, ¿qué provecho puede haber con saber gestión si seguimos pensando, decidiendo y rigiéndonos por los mismos paradigmas de siem- pre? o r e d r o C s é r d n A : o t o F El fracaso sirve para recapacitar y reconocer que la gestión sirve para fortalecer y po- tenciar la dignidad del quehacer profesional, en especial porque se preocupa de algo primordial, como son las experiencias y aspiraciones de los pacientes. Por ello, lo que verdaderamente se necesita es generar un cambio de en- foque, que los profesionales piensen distinto y tengan una mirada disrupti- va, desafiando sus paradigmas y sus supuestos. En esencia, mi propósito es que los profesionales conozcan, com- distinta. Hoy, después de años de ejer- cicio clínico, académico y en consul- torías, de emprender, de estudiar y de investigar, solo deseo aportar con esta mirada para que las actuales y nuevas generaciones de odontólogos sientan que ejercer la profesión de manera “Hablar desde el éxito es valioso. Pero hablar desde el fracaso y la reinvención lo es más”. prendan y se conecten con el entorno y contexto donde se desenvuelven, tengan una mirada crítica y autocríti- ca del quehacer propio y sistémico, y apliquen soluciones innovadoras en la mejora de procesos o en la formu- lación de nuevos negocios que resuel- van los problemas diagnosticados. En otras palabras, lo que me mueve es que cada persona aporte valor al lu- gar donde se desenvuelva, más allá de lo clínico. Esta es mi cruzada. Amo la profesión y busco apoyarla desde una perspectiva digna, rentable, con proyección, con tranquilidad y orden es posible. No podemos seguir ejerciendo basa- dos en nosotros (y en nuestro ego), tampoco en lo técnico o en lo tecnoló- gico. Debemos pensar distinto, desa- fiar nuestos supuestos y paradigmas. Debemos volver a la esencia de nues- tro quehacer: somos personas aten- diendo a personas. Y así, por para- dójico que parezca, para potenciar las clínicas, debemos volver a humanizar la salud. 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