26 México DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America al tener una población de pensionados más longeva, ya que podría no haber recursos suficientes para soportar las cargas económicas al que está obligado dicho sistema. Esto lleva a cuestionarse la posibilidad de aumentar a 70 años la edad de retiro, como se ha hecho en otros países. Los primeros pensionados por medio de las Afores (ahorro para el retiro en Méxi- co), lo harán en 15 años, y al parecer el fondo acumulado no será suficiente para garantizar una pensión digna, o por lo menos a la altura de los ingresos que las personas perciben en la actualidad. Con estos antecedentes, es preocupante el acceso de los adultos mayores a los servicios de salud y por lo tanto a la salud bucal. Por muchos años, para acceder a recibir atención bucal se requería contar con un trabajo remunerado y estar ins- crito principalmente en el Instituto Mexi- cano del Seguro Social, en el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Traba- jadores del Estado, a la Marina, al Ejérci- to y Fuerzas Armadas, a Pemex o a otras instituciones con programas de pensio- nes y servicios de salud para los trabaja- dores. En años recientes, el Seguro Po- pular ha venido a cubrir las necesidades de atención a la salud de casi la mitad de la población mexicana que no contaba con seguridad social. Este programa ha sido reconocido por las agencias inter- nacionales como un modelo a seguir, ya que entre otros rubros brindaba atención bucal primaria y secundaria de calidad. Desafortunadamente, los cambios en las políticas públicas mexicanas han llevado a la anunciada desaparición de este mo- delo de servicio, dejando por el momen- to a millones de personas en el limbo de atención a la salud. Dado que las personas mayores en Méxi- co tienen un deterioro importante de las estructuras bucales, como es una mayor pérdida de dientes, un incremento en la prevalencia de caries y enfermedad pe- riodontal (si se compara con personas de menor edad), mayor cantidad de restos radiculares y extracciones indicadas, menor soporte posterior, aunado a ma- yor prevalencia de enfermedades sisté- micas y empleo de medicamentos para su control, se hace más complicado el manejo odontológico del adulto mayor, pues se requiere mayor destreza para realizar procedimientos dentales, co- nocimiento profundo en el manejo de pacientes con enfermedades sistémicas y mayor inventiva para dar tratamiento de calidad a estas personas, que, con fre- cuencia, no tienen recursos económicos suficientes para poder recibir una reha- bilitación adecuada. Muchos de los medicamentos emplea- dos para tratamiento y control de enfer- medades cardiovasculares (diuréticos y reguladores de la presión arterial o el ritmo cardíaco), de afecciones del siste- ma nervioso central o periférico, como son anticonvulsivantes, antipsicóticos, antidepresivos, ansiolíticos, AINES, an- tihistamínicos y muchos más, suelen tener como reacción secundaria hiposa- livación, lo que conlleva un riesgo incre- o c i x é M e d a í f a r g o e G y a c i t s í d a t s E e d l a n o i c a N o t u t i t s n I : e t n e u F La pirámide poblacional se ha transformado en un prisma rectangular, lo cual conlleva repercusiones económicas para el sistema nacional de pensio- nes. Población dividida en tres grupos por edad cronológica: 1) niñez y adolescen- cia, 2) juventud y edad adulta y 3) vejez demográfica. La principal característica del grupo 60 y + es la mayor presencia de muje- res que de hombres en las edades mayores, situación que se ha denominado feminización de la vejez. mentado de sufrir caries, enfermedades periodontales, menor hidratación de la mucosa bucal y mayor susceptibilidad a que se presenten lesiones de los tejidos blandos, tendencia a infecciones por Candida albicans, menor capacidad para la percepción de los sabores, y otros tras- tornos, generándose la necesidad de que una vez se concluya el tratamiento bucal, deba llamarse con más frecuencia a los pacientes a sus citas de control y mante- nimiento. Según la clasificación de los adultos ma- yores por su capacidad para desplazarse y tomar decisiones sobre su vida y su salud, podríamos tener en la consulta dental pacientes funcionalmente inde- pendientes, adultos mayores débiles y aquellos que dependen de terceras per- sonas. Dado que el tratamiento bucal de rehabilitación puede ser largo y costoso, no siempre está al alcance del bolsillo de las personas mayores. En la actualidad, la mayoría de este grupo poblacional de- pende económicamente de los hijos para poder afrontar el costo del mismo. Real- mente, el porcentaje de estos pacientes que cuentan con libertad económica, de desplazamiento y de toma de decisiones sobre su propia salud bucal son minoría. La complejidad en el manejo odontoló- gico incluye el encontrar la manera de compensar los factores de riesgo sisté- micos que los pacientes pudieran tener. La prevalencia de hipertensión arterial, de diabetes, enfermedades coronarias, artritis reumatoide, depresión, enferme- dad de Parkinson, Alzheimer o enferme- dad renal, por poner solo unos ejemplos, es mayor en este grupo de población y no será raro que el paciente pueda cur- sar con dos o más trastornos sistémicos, acompañados del manejo farmacológico correspondiente, por lo que es mandato- rio que el odontólogo esté capacitado en estos temas para poder brindar atención bucal de calidad. A lo anterior habría que sumar la complejidad en el manejo pe- riodontal o protésico, que obliga al ope- rador a buscar programas de educación continua que le permitan desarrollar ha- bilidades complementarias. La actitud de la persona ante el trata- miento bucal es fundamental para el éxi- to del mismo, ya que muchos pacientes mayores consideran innecesario invertir tiempo y recursos económicos en mejo- rar las condiciones bucales y acuden a consulta solo para resolver problemas de dolor o incomodidad. En años recientes, nuevas generaciones de adultos mayores que han recibido los beneficios de la odontología y de sus procedimientos esperan llegar a final de sus vidas con los dientes presentes; reconocen el beneficio de las citas de mantenimiento y de control y se respon- sabilizan por los cuidados bucales, pero son un grupo minoritario, con recursos económicos suficientes para acudir a la práctica privada. ¿Estamos preparados en México para dar atención odontológica de calidad a los adultos mayores? La respuesta es no. En la actualidad no, pero debemos prepararnos. Es necesaria la apertura de cursos formales de especialización en Geriatría, que no existen en este año 2019 en nuestro país, pues como ya se ha mencionado, el manejo odontológico de la gente mayor es más complejo. Y no solo es necesario generar especialistas en el ramo, todos debemos estar prepa- rados para el futuro cercano, odontólo- gos generales y especialistas. La infraestructura con que se cuenta y el catálogo de opciones de tratamiento que ofrece nuestro sistema nacional de salud para este grupo de población no da en la actualidad respuesta positiva para la atención de calidad. Deben incremen- tarse los programas preventivos, no solo en la población infantil, sino en todos los mexicanos para hacer que los adultos mayores puedan llegar a la vejez con al menos 20 dientes presentes en su boca, suficientes según señala la Organización Mundial de la Salud, para poder funcio- nar adecuadamente. El diseño de programas de apoyo, con soluciones financieras viables a las que puedan acceder todas las personas de recursos limitados es también necesario para poder cerrar el círculo y permitir cumplirle a los mexicanos adultos mayo- res el derecho ineludible a la salud. El reto es enorme, pero estamos a tiem- po. Debemos empezar ya. PROXIMAMENTE:PODCASTSDELOSMEJORESARTICULOSDELATINOAMERICA