DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America Especial: Cancer Oral 29 Consulte las referencias en interlocutores únicos para discutir de los problemas que afectan al pa- ciente. Diagnóstico confirmado de cáncer oral Una vez que el profesional recibe el informe con el diagnóstico definiti- vo, debe comunicárselo al paciente. En esa oportunidad, la presencia de un miembro de la familia puede ser importante por varias razones. En primer lugar, por las reacciones emocionales que la comunicación del diagnóstico desencadena; en se- gundo lugar, se asegura que al in- formar a los miembros de la familia todos tienen la misma información, lo que evita confusiones y levanta- miento de sospechas por parte del paciente. Una buena relación odontólogo- paciente, basada en la confianza, ayuda a que el enfermo acepte la información sobre su enfermedad y los tratamientos a los que será so- metido. Esa relación ha ido mutando en las últimas décadas y pasó del paterna- lismo a formas más democráticas de relación que valoran más el derecho humano básico: el respeto a la liber- tad del individuo. Algunas sociedades expresaban que no era conveniente informar al pa- ciente el diagnóstico de cáncer por ser muy dañino para el mismo, y consideraban prudente ocultar la verdad bajo cualquier circunstancia, señalando que una profunda des- compensación en la conducta y en la vida afectiva como la que general- mente se espera que se produzca en quienes conocen este diagnóstico, resulta desventajosa para el curso y evolución de la enfermedad. En la actualidad, otras corrientes abogan por la veracidad total bajo todas las circunstancias, partiendo del derecho de toda persona a co- nocer qué ocurre en su organismo y decidir qué hacer con su vida. Una tercera posición más moderada, que complementa ambos extremos, considera que se debe informar a los enfermos pero respondiendo a sus necesidades y teniendo en cuenta elementos tales como: una buena calidad de la relación profesional- paciente, características de persona- lidad del paciente, existencia o no de apoyo familiar y social, entre otros factores. En realidad, privar a una persona del conocimiento sobre los procesos de la enfermedad viola sus derechos. Si ante un diagnóstico de cáncer oral se engaña al paciente para evitar que se deprima, pronto la esperanza inicial será reemplazada por la des- esperanza producto del engaño, el cual conduce casi siempre a un es- tado de pérdida de la confianza en el profesional. Gómez Sancho en su libro «Cómo comunicar malas noticias en medi- cina», citado por Stuart , Grau Ávalo y Llantá Abreu sugiere algunos con- sejos: • Que el profesional esté seguro del diagnóstico y del pronóstico, y de lo que va a decir. • Hacerlo en un lugar tranquilo, con privacidad y confort, sin prisas. • Reconocer el derecho del enfermo a la verdad, lo que no significa que deba ser dicha de cualquier modo y en cualquier momento. • Averiguar lo que el enfermo sabe, lo que quiere saber y lo que está en condiciones de saber. • Hablar con simplicidad, sin jerga profesional y palabras «malsonan- tes» (por ejemplo, cáncer), pero no decir nada que no sea verdad. • Informar gradualmente, extre- mando la delicadeza, ser prudente. El fundamento de lo que se consi- dera la verdad tolerable es que la información que se debe facilitar al paciente sobre su enfermedad tiene que ser aquélla que el enfermo pue- da admitir, es decir, la que pueda to- lerar o soportar sin crearle más pro- blemas ni agravar los que ya padece, tanto psicológicos como somáticos. Se ha constatado que los pacientes informados adecuadamente colabo- ran mejor en el tratamiento y consi- guen también una mejor adaptación a su realidad, en especial a largo plazo, ayudando a mejorar la calidad de vida del paciente y su entorno El tipo de información y límite de la misma son algunas de las dificulta- des ante las que nos encontramos los profesionales en estos casos aún en la actualidad. En ocasiones, es el propio familiar el que no quiere que se le cuente al paciente la situación en la que se en- cuentra. Otras veces, con pleno de- recho, es el paciente quien no quiere que se le dé información a su familia. En todo momento, el profesional de- berá lograr que el paciente se sienta alentado a tener esperanzas, acom- pañado y protegido. Es de mucha ayuda ponerse a disposición del en- fermo, en cada momento que tenga dudas o dificultades bucales en el transcurso de su tratamiento onco- lógico. Del mismo modo, ofrecerse a controlarlo periódicamente junto al oncólogo o al cirujano aumentará su seguridad y se sentirá protegido. Prevención. Perder el miedo a ha- blar de cáncer oral con el paciente Hemos sido preparados para curar, pero no para informar sobe ma- las noticias. Nuestra forma de re- lacionarnos con los pacientes con diagnóstico de cáncer oral ha sido aprendida artesanalmente, basada en conceptos individuales, imitan- do a nuestros maestros, corrigiendo errores, etc. En este sentido, es de suma im- portancia el trabajo realizado por Awojobi, Newton y Scotty publicado en enero de este año en el British Dental Journal bajo el titulo de «Estudio piloto para capacitar a los dentistas en la comunicacion sobre cáncer oral. El impacto del compor- tamiento, confianza y creencias del dentista». El objetivo de este estudio fue de- terminar si habría un cambio signi- ficativo en las creencias, la confian- za y la intención de los odontólogos de hablar con sus pacientes de alto riesgo de cáncer oral después de participar en un entrenamiento es- pecialmente diseñado al efecto. En una evaluación previa al entre- namiento, un importante número de odontólogos reconoció no estar pre- parado para hablar de cáncer oral con el paciente: no tenían suficien- te información para responder a las preguntas, no consideraban impor- tante el tema o pensaban que inco- modaría a tal punto que su paciente podría cambiar de profesional. Los participantes recibieron un en- trenamiento sobre temas como: Sitios del cáncer oral, papel de la asistencia dental regular, detección temprana, signos y síntomas, facto- res de riesgo, ¿cómo reducir el ries- go, cuándo buscar ayuda , dónde buscar ayuda? Se utilizaron cuestionarios para evaluar y calibrar a los profesiona- les participantes y preguntas prepa- radas para interrogar a los pacien- tes sobre su conocimiento acerca del cáncer oral. Cada respuesta de los pacientes se ampliaba con con- ceptos claros y precisos sobre cada tema. El resultado fue positivo, ya que el uso de una Guía de Comunicación sobre Cáncer Oral demostró que los odontólogos redujeron las barreras preexistentes para hablar sobre el cáncer oral con pacientes de alto riesgo, aumentaron su intención de hablar de cáncer oral con sus pa- cientes y mejoraron su confianza para tener con ellos conversaciones sobre el cáncer oral. Conclusión Es de gran importancia la creación de nuevos foros en los que los pro- fesionales puedan hablar de las di- ficultades que entraña tener que enfrentarse a pacientes y familiares con informaciones sobre prevención y diagnóstico de patologías graves, especialmente entre estudiantes, odontólogos generalistas y jóvenes que se inician en la patología bucal clínica. «El Capitán», monumental formación rocosa en Yosemite National Park, California.