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Dental Tribune Hispanic and Latin America Edition

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America La papa tiene sus orígenes en el lago Titicaca, situado a 3.800 metros sobre el nivel del mar en la cordillera de los Andes, en la frontera entre Bolivia y Perú. En la mitología andina, de ese lago salió precisamente Viracocha, el creador supremo. Allí se denomi- na a la papa «Mamá Jatha», o madre del crecimiento. Las culturas Huari, Tiahuanaco e Inca domesticaron este tubérculo, que fue la base de la ali- mentación en que estos últimos basa- ron su vasto imperio, conocido como el Tahuantisuyo y que abarcaba desde Argentina a Colombia. Existen miles de especies de papas de todas las formas, tamaños, colores y sabores, como la huayro, peruanita, tomasa, canchán, blanca, amarilla, ne- gra, huamantanga, tarmeña o criolla. El antropólogo peruano Rodolfo Sán- chez Garrafa afirma que en el mundo andino, cada alimento tiene su deidad, a la cual se le muestra un inmenso respeto ya que se los considera como procreadores de la humanidad. Así, dice, hay que entender a Ispall Mama, la madre papa, como una entidad que emerge del submundo, animada por un «tinku» o equinoccio, períodos con- siderados en el ámbito andino como el momento en el que se produce el matrimonio entre el Sol y la Luna, es decir, la circulación de una energía vi- tal que conecta este mundo con el cos- mos, marca las estaciones y, por tanto, es fundamental para la agricultura. Una leyenda peruana afirma que, en tiempos remotos en que la población se moría de hambre por los atropellos de una cultura invasora, los poblado- res de los Andes pidieron ayuda a los dioses y un Apu (montaña divina de la que baja el agua) escondió unas semi- llas bajo la tierra (la papa) para que los pobladores se alimentaran. El escritor Eduardo Galeano en su li- bro «Memoria del fuego», recoge la siguiente leyenda sobre una isla chi- lena en la que la papa era también el alimento básico: «Un cacique de la isla de Chiloé, lugar poblado de gaviotas, quería hacer el amor como los dioses. Cuando las pa- rejas de dioses se abrazaban temblaba la tierra y se desataban los maremo- tos. Eso se sabía, pero nadie los había visto. Dispuesto a sorprenderlos, el cacique nadó hasta la isla prohibida. Solamente alcanzó a ver un lagarto gi- gante, con la boca bien abierta y llena de espuma y una lengua desmesurada que desprendía fuego por la punta. «Los dioses hundieron al indiscreto bajo tierra y lo condenaron a ser co- mido por los demás. En castigo a su curiosidad le cubrieron el cuerpo de ojos ciegos». Curiosamente, los conquistadores es- pañoles no la comieron durante un tiempo, pensando que era venenosa, y fue un prisionero francés quien la popularizó en Europa. La papa salvó a los irlandeses de una de las peores hambrunas de la historia, y en países como Alemania las «kartoffel» son tan populares que parece que fueran ori- ginarias de esas tierras. El poeta chileno Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura en 1971, le dedi- có una oda que dice en parte: «Papa, te llamas papa y no patata, no naciste castellana: eres oscura como nuestra piel, somos americanos, papa, somos indios». Una papa mediana contiene cerca de 160 calorías, la mitad de la vitamina C que se recomienda ingerir diariamen- te y una quinta del potasio, especial- mente en su piel. También contiene vitaminas, minerales y compuestos fenólicos que benefician el tránsito intestinal y contribuyen a disminuir el colesterol, reduciendo así el riesgo de enfermedad cardíaca. La comida de los dioses La prodigiosa almendra llamada «ca- cáhuatl» en náhuatl tenía la misma importancia que el oro para varias culturas precolombinas. En los matri- monios mayas, el novio le entregaba a la novia cinco granos de cacao para sellar el enlace. Y el propio Motecuh- zoma Xocoyotzin (Moctezuma), el úl- timo emperador azteca, exigía cacao como tributo a sus súbditos. El nombre científico de esta planta, Theobroma, quiere decir en griego antiguo «comida de los dioses». Uno de los cronistas españoles cuen- ta que Moctezuma le ofreció «xocoatl» (chocolate) a Hernán Cortés en un banquete celebrado en la Gran Teno- chtitlan, hoy Ciudad de México, servi- do en copas de oro, y que el manda- tario azteca tenía grandes reservas de cacao en su despensa. «De cuando en cuando traían unas como a manera de copas de oro fino con cierta bebida hecha del mismo cacao. Decían que era para tener acceso con mujeres, y entonces no mirábamos en ello; mas lo que yo vi es que traían sobre cincuenta jarros grandes, hechos de buen cacao, con su espuma, y de aquello bebía (Moctezu- ma), y las mujeres le servían al beber con gran acato», escribió Bernal Díaz del Castillo sobre el encuentro entre Moctezuma y Cortés en su «Historia verdadera de la conquista de la Nueva España». La palabra chocolate proviene del vo- cablo «xocolat», que significa «agua es- pumosa» y eso fue lo que Moctezuma le ofreció a Cortés en 1519, creyendo que era la reencarnación de Quetzal- coátl. El cacao, que se cree procede del Ama- zonas y fue domesticado en México, se servía de diferentes maneras. Los aztecas lo bebían frío, diluido en agua y parece ser que con maíz fermenta- do y chile, mientras que los mayas lo preferían caliente y algunas veces re- bajaban su amargor mezclándolo con miel, maíz o vainilla, además de agua. En el «Popol Vuh» hay pasajes en don- de aparece varias veces la palabra cacao cuando se habla del mito de la creación del universo. Hoy en día, los indios kuna de las is- las de San Blas, en Panamá, consu- men aún la bebida tradicional a base de cacao, lo que puede ser uno de los secretos de su buena salud: no sufren prácticamente de presión alta ni de enfermedades del corazón. El cacao contiene antioxidantes be- neficiosos como los flavonoides, que promueven la buena circulación de la sangre y previenen la acumulacón de colesterol en las paredes arteriales. Estos flavonoides son los mismos que se encuentran en el vino tinto y el té verde y son buenos también para la hipertensión. El chocolate se ha usado para aliviar problemas estomacales, fatiga e inflamación. Además, el ca- cao activa la sensación de placer en las neuronas cerebrales y previene la depresión. Estas son razones de peso para comer chocolate, pero con moderación. Es- coja un chocolate oscuro, que tiene más flavonoides, revise que tenga un alto contenido en cacao (60 a 70%) y poca azúcar. Arte & Cultura 31 Ibus dis ex ea non eveligendel im quiam, sanienis susdae audignatis et fugitemquam, soluptae con eturior lparum faccus. Magnam assint ut alis que nimet ene sequam, cullam rese res dest que omnim nossita tessum nissite es enihillut aceruntis Ibus dis ex ea non eveligendel im quiam, sanienis susdae audignatis et fugitemquam, soluptae con eturior facculparum faccus. Magnam assint ut alis que nimet ene sequam, cullam rese res dest que omnim nossita tessum nissite es enihillut Lea el siguiente capítulo de este artículo en el próximo nú- mero de Dental Tribune.

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