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Dental Tribune Hispanic and Latin American Edition

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America ¿Qué opina sobre “Matar a Kennedy”, lapelículaquenarralosacontecimien- tos en Parkland Memorial Hospital? No la he visto, pero he oído críticas de que pintan una imagen sensacionalista de los hechos. Supongo que iré a verla si se la estrenan en Amarillo. ¿Qué posición tenía cuando comenzó a trabajar en el hospital en 1963? Estaba a mitad de mi primer año de resi- dencia en cirugía oral y maxilofacial. An- tes de empezar la residencia, había ter- minado una pasantía. Me interesé en ese campo mientras trabajaba como técnico quirúrgico en un hospital general cuan- do estudiaba en la Escuela de Odonto- logía Baylor de la Univeridad A&M de Texas en Waco. ¿Sabía que el presidente estaba en Da- llas el 22 de noviembre 1963? No, y me sorprendió cuando lo trajeron al hospital. Yo tenía una cirugía progra- mada para más tarde ese día y me iba a almorzar. Para llegar hasta el salón de almuerzo tenía que salir del edificio y caminar por la recepción de urgencias, donde vi los coches de policía y la limu- sina presidencial, que tenían sangre y las rosas que le habían dado a la primera dama, Jacqueline Kennedy, a su llegada alaeropuerto.Cuandounpolicíamepre- guntó si era un médico, le dije que sí. Me informó que habían herido al presidente y me llevó a la sala de trauma donde es- taba Kennedy. ¿En qué estado estaba Kennedy cuan- do llegó? Era obvio que el presidente estaba in extremis. Trataba de respirar, pero no podía. El Dr. Charles James Carrico, un cirujano residente en Parkland, le había colocado un tubo endotraqueal para in- tentar que respirara. Pero no funcionó porque el presidente tenía bloqueadas las vías respiratorias, así que decidió ha- cerle una traqueotomía. Ayudé a la enfermera a deshacer el nudo de la corbata del presidente y a quitarle la camisa para prepararlo para el proce- dimiento. Luego, el Dr. Malcolm Perry, un cirujano jefe, entró en la habitación y decidió hacerle la traqueotomía. El Dr. Carrico,asistidoporelDr.Perryypormí, realizó un corte hacia abajo en la pier- na izquierda para hacer una tranfusión de sangre intravenosa. Cuando levanté la vista después, en la sala estaban los jefes de todos los servicios quirúrgicos de Parkland. Y algunas personas que no conocía. ¿Cuando supo que el presidente había sufrido un atentado? No estaba consciente de la naturaleza de la lesión del presidente porque tenía la cabeza sobre una almohada y no po- día ver la herida. Recuerdo que el jefe de neurocirugía,elDr.WilliamKempClark, giró la cabeza de Kennedy a la izquierda, dejando al descubierto que la parte pos- terior del cráneo había sido fracturado radicalmente. Entonces me dijo: “Dejalo, esta herida es incompatible con la vida”. ¿Cuál era la atmósfera en la sala? Se quedó en silencio. Nadie dijo nada. ¿Hubo posibilidad de salvar la vida del presidente? Nada de lo que lo hicimos sirvió. La heri- da de Kennedy era claramente incompa- tible con la vida. Según testigos presenciales, en la sala se discutió sobre quién estaba autori- zado a hacer la autopsia. No lo sé porque me fui de la sala de trau- ma poco después de que el presidente fuera declarado muerto y fui a la clínica para operar a mi paciente. Sin embargo, cancelaron todas las cirugías programa- das para ese día fueron y todos los pa- cientes fueron enviados a sus habitacio- nes. Sólo se realizaron las pocas cirugías que estaban en curso en ese momento, entre ellas la de gobernador John Bow- den Connally, que también había resul- tado herido en el tiroteo. Le dije a mi paciente que se había pos- puestosucirugíayellaloentendió.Como no tenía nada que hacer, ordené mi des- pachoymefuiacasa.Allínospasamosel findesemanaviendolatelevisiónyescu- chando las noticias en la radio. Sentimos un gran alivio cuando el presidente Lyn- don B. Johnson llegó sano y salvo a Was- hington y el gobierno no se interrumpió. Finalmente, el domingo, supimos que le habían disparado al sospechoso, Lee Harvey Oswald, lo que indicaba que pasaba algo, que había alguien (involu- crado) más que un sólo francotirador. La mayoría de los estadounidenses no cree que Oswald actuara solo. ¿Ve dis- crepancias entre la versión oficial y los eventos de los que fue testigo? El informe de la Comisión Warren refle- ja lo que la gente quería oír: que Oswald actuó solo y que no hubo ninguna cons- piración. Los médicos de Parkland sin embargo, cuando limpiaron la sangre del cuello de Kennedy para hacer la tra- queotomía, encontraron un solo agujero de bala que aparentemente era una he- rida de entrada, lo que significa que un proyectil impactó en el presidente en la parte frontal. Por su naturaleza, la herida enlaparteposteriordelacabezadeKen- nedy era una herida de salida, por lo que deben haber sido por lo menos dos balas que le dieron de frente. Si bien todos los testimonios de los médi- cos, incluido el mío, se incluyeron en el informe, la naturaleza de las heridas no tuvo mucha influencia en la conclusión general de la Comisión. ¿Por qué se in- terpretó de esa manera, ha sido un mis- terio durante los últimos 50 años. ¿Qué cree que sucedió realmente ese día? Mi opinión personal es que hubo varios francotiradores y que Oswald no actuó solo. Esto indicaría que hubo en realidad una conspiración. Usted se quedó en Parkland Memorial Hospital otros dos años. ¿Se siguieron discutiendo los acontecimientos de ese día? Enrealidad,nuncahablamosdeello.Era algo que no queríamos discutir. Sin em- bargo, me fui de Parkland en 1965 para un intercambio en Londres y Zurich, donde a menudo discutimos los eventos con mis colegas en el extranjero. Sobre todo en Inglaterra, donde había mucho interés en la política de Estados Unidos y en el asesinato. Hace poco reveló su experiencia, des- pués de 50 años. ¿Cuáles fueron sus razones? Todoloqueyodigayaestáenlainforma- ción sobre el asesinato, pero creo que es necesarioquesesepaloquelaspersonas que estuvieron realmente involucradas experimentaron. En 2017 se desclasificarán más de seis millones de páginas de evidencia cla- sificadasobreelasesinatodeKennedy. ¿Le interesa o considera que es un ca- pítulo cerrado de su vida? Existe mucha especulación sobre qué tipo de información contienen esos do- cumentos. No estoy ansioso por saberlo, pero me interesa lo que se podría des- prender de ellos. Reportaje8 El Dr. Don T. Curtis durante una conferencia reciente. «La herida era claramente incompatible con la vida» P ocas personas tienen la oportunidad de par- ticipar en acontecimientos históricos. El Dr. Don T. Curtis, un ex dentista y cirujano oral de Amarillo (Texas) de 76 años de edad, es uno de ellos. Este residente en cirugía oral y maxilofacial en el Hospital Parkland Memorial de Dallas fue uno de los primeros médicos que trataron en urgencias al presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, después del atentado que le costó la vida. Den- tal Tribune Internacional habló con Curtis, quien cree que alguien más que Oswald estuvo involucra- do en el asesinato. PorDanielZimmermann* Hablamos con un doctor que trató a John F. Kennedy tras el atentado Foto:StephaniePrecio/PanhandlePlainsHistoricalMuseum. * Director de Dental Tribune In- ternational.