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Dental Tribune Hispanic and Latin American Edition

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin AmericaOdontología para el bebé20 (Fig. 1). En la porción media del labio supe- rior se encuentra el sucking pad o apoyo para la succión, una estructu- ra que presenta múltiples proyeccio- nes nerviosas4 , lo que le confiere una gran sensibilidad y aumenta de vo- lumen al contacto con el pecho de la madre durante la amamantación. Es el primer elemento con que cuenta el bebé para el amamantamiento u or- deñamiento (Fig. 2). Las mejillas formadas por el musculo buccinador se entremezclan con las comisurales de los labios y algunas de sus fibras posteriores continúan en el musculo constrictor superior de la faringe, formando una banda circu- lar continua, el cinturón labio-yugal, de gran importancia en las funciones de succión-deglución. Entre el mase- tero y el buccinador se encuentra la bola adiposa de Bichat, formada por tejido graso y que en el lactante sirve como cojinete de contención1, para que la mejilla no se introduzca entre los rodetes gingivales en el momento del vacío de la succión. Es notable el número de músculos que intervienen en la LM, a diferencia de cuando se utiliza biberón, donde solo actúan los buccinadores y orbicular de los labios (Carvalho, 1998), lo que resulta en ar- cadas estrechas y deglución atípica5 . En el momento del nacimiento, los rodetes maxilares presentan en el sector anterior el Cordon Fibroso de Robin y Magitot6, repliegue mucoso bien desarrollado en el recién nacido y que va desapareciendo conforme se aproxima la época de erupción de los dientes primarios5 , y al que Haulp considera “auxiliar para la succión” por colaborar como límite de los maxilares, cuya como característica es ser redondeado en el maxilar supe- rior (Fig. 3), mientras que en la man- díbula termina en filo de cuchillo. La lengua participa y actúa como mo- deradora de todas las funciones del sistema estomatognático, está dotada de una rica inervación sensorio-mo- tora que le permite discriminar sutil- mente texturas y sabores y responder en forma refleja a los estímulos pro- pios de sus funciones. Tiene además una gran potencia funcional que, se- gún se ha demostrado, en el período de lactancia es tres veces mayor que en el adulto. La lengua presenta en su cara ventral el frenillo lingual (Fig. 4), que al estar correctamente insertado —parte media o posterior— permite los movimientos necesarios de la len- gua para su función1 . Este articulo destaca los tres puntos donde la LME favorece la salud oral de los infantes y el porqué los odontó- logos deben convertirse en promoto- res de esta vital práctica. Lactancia materna y caries dental La “caries de infancia temprana” es una enfermedad severa y de progre- sión rápida, y que a pesar de los ac- tuales avances en la odontología está presente en millones de infantes en todo el mundo, como consecuencia de la falta de información y educación en salud bucal de las familias, la cual debe ser facilitada por los profesiona- les de la salud. La costumbre de dejar dormir con el biberón al bebé junto a la falta de higienización de su boca son factores claves para la aparición de este tipo de caries. Numerosos estudios que comparan a bebés alimentados con biberón y bebés amamantados exclusiva- mente con el pecho materno reve- lan una mayor incidencia de caries dental en los primeros (Walton- Messer,1981; Cleaton-Jones, 1993; Brice, Berkowitz, 1996). Se ha de- terminado que en la leche materna se encuentran las enzimas lactope- roxidasa y lactoferrina que dismi- nuyen el recuento bacteriano en la boca7 . El pH de la leche materna es neutro, lo que no favorece a los mi- croorganismos iniciadores de caries, los cuales necesitan un medio ácido para subsistir. Tampoco contiene sa- carosa, sustrato necesario para que los microorganismos formen los áci- dos que propician la desmineraliza- ción del esmalte dental. No por esto, la higienización de la boca debe ser obviada en los bebés que son ama- mantados, ya que la caries dental es una enfermedad multifactorial. LM como medida inicial para evitar maloclusiones Para la OMS las maloclusiones ocu- pan el tercer lugar en los problemas de salud oral. Por su prevalencia e incidencia son consideradas un pro- blema de salud pública8. Estudios realizados en niños muestran que la distoclusión y el perfil convexo se asocian con un periodo de LM me- nor de 6 meses. Amamantar favorece que el maxilar inferior avance de su posición distal con respecto al supe- rior, a una posición mesial (primer avance fisiológico de la oclusión), evitando así retrognatismos mandi- bulares y obteniendo mejor relación entre el maxilar y la mandíbula9 . Con el uso del biberón la mandíbula se queda atrás, lo que no favorece este avance. La ausencia de amamatamiento se encuentra entre los diversos factores etiológicos de las anomalías dento- maxilofaciales (ADMF). La mordida abierta como consecuencia de de- glución atípica por interposición lin- gual o labial, atresia y estrechez de la bóveda palatina (ojival) pueden estar presente en niños con ausencia de LME o lactados por periodos me- nores a 6 meses5 . Para una LME adecuada son impor- tantes en el lactante los siguientes reflejos: Reflejo de búsqueda del pe- zón y de apertura de la boca El bebé voltea la cabeza y abre la boca afanosamente buscando el pe- zón al sentir que algo roza su mejilla o labios. Cuando abre la boca coloca la lengua hacia abajo y hacia ade- lante, aplanada en el piso de la boca para recibirlo. Reflejo de protrusión lin- gual Permite a la lengua adelantarse y ubicarse entre los rodetes maxilares para envolver con su punta al pezón y la parte inferior de la areola, logran- do el cierre hermético de la boca, lo Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3 Fig. 4 Fig. 5