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Dental Tribune Ecuador Edition

DENTAL TRIBUNE EcuadorClínica8 La gran mayoría de infecciones odon- togénicas son de fácil manejo por medio de procedimientos quirúrgicos mínimos y terapias médicas de sopor- te que incluyen antibioterapia, pero se debe tener siempre en cuenta que pueden tornarse severas en muy corto tiempo. Las infecciones odontogénicas tienen dos orígenes principales: periapical, como resultado de una necrosis pulpar y subsecuente invasión bacteriana del tejido periapical; y periodontal, como resultado de una bolsa periodontal profunda que permite la inoculación de bacterias en los tejidos blandos subyacentes. Pero pueden existir etio- logías postoperatorias, tumores o quis- tes sobreinfectados. La infección odontogénica más co- mún es el absceso vestibular. Ocasio- nalmente, los pacientes no buscan tra- tamiento y el proceso se interrumpe espontáneamente. La infección vuelve a generarse si el sitio del drenaje es- pontáneo se cierra. Algunas veces los abscesos establecen un tracto fistuloso que drena a la cavidad oral. Mientras el tracto fistuloso continúe drenando, el paciente no experimenta dolor, lo cual se conoce como absceso dentoal- veolar crónico. La administración de antibióticos normalmente ocasiona el cese del drenaje, pero cuando se sus- penden, el drenaje continúa. El trata- miento definitivo de un tracto fistulo- so sucesivo crónico requiere tratar el problema original: la pulpa necrótica tratada mediante terapia endodóntica o por extracción del diente. Principios de la terapia A continuación se explican los princi- pios básicos para el manejo de pacien- tes con infecciones odontogénicas. 1. Determinar la severidad de la in- fección La mayoría de las infecciones odon- togénicas son leves y sólo requie- ren una terapia menor. Cuando el paciente acude para tratamiento, la meta inicial es saber cuán severa es la infección. Esta determinación se basa en una historia clínica completa sobre la evolución del proceso infec- cioso y un examen físico. Una historia clínica completa es de vital importan- cia para determinar la causa de la in- fección, seguido de la determinación de la duración de la misma. Durante el examen físico se deben tomar los signos vitales del paciente, lo que in- cluye temperatura, presión arterial, pulso y frecuencia respiratoria. Los pacientes que tienen un compro- miso importante por una infección ya generalizada presentan aparien- cia de fatiga y malestar denominada apariencia tóxica. Durante el examen físico, lo primero es la observación seguido de la palpación, y siempre en orden para no olvidar ninguna estruc- tura anatómica. Debe comenzar sien- do extraoral seguido de un examen intraoral exaustivo, teniendo especial cuidado en la zona afectada. Después se debe hacer un examen radiográfi- co complementario. Los resultados del examen físico y ra- diográfico deben determinar si la in- fección es una celulitis o un absceso. Una celulitis (Foto 1) es una inflama- ción aguda (supurativa) de origen in- feccioso que se disemina en el espacio extracelular. Puede ser suave o dura a la palpación y el pus se disemina sin acumularse y se puede extender rápi- damente en procesos infecciosos se- rios. Un absceso (Foto 2) es una infla- mación aguda (supurativa) de origen infeccioso que se acumula en un sitio donde se destruyó la matriz extrace- lular y demás componentes del tejido conectivo (con más tiempo de evolu- ción y donde se ha acumulado pus). Es fluctuante a la palpación, ya que el tejido esteá lleno de pus. 2. Evaluar los mecanismos de de- fensa del huésped Muchos estados de enfermedad y di- ferentes tipos de medicamentos pue- den comprometer la capacidad del paciente para defenderse de las infec- ciones. Los pacientes comprometidos son más propensos a tener infeccio- nes, que frecuentemente se vuelven severas en menor tiempo. El organismo se defiende contra las infecciones bacterianas por medio de tres métodos principales: defensas lo- cales, defensas humorales y defensas celulares. Los mecanismos de defen- sa locales tienen dos componentes, que son las barreras anatómicas (piel, mucosas intactas y esmalte dental) y la flora indígena. Las defensas humo- rales son las no celulares, están con- tenidas en el plasma y otras secrecio- nes corporales. Los dos componentes principales son las inmunoglobulinas y el sistema complemento. Las in- munoglobulinas son los anticuerpos que atacan las bacterias invasoras. El complemento es un complejo grupo de proteínas séricas producidas en el hígado que deben ser activadas. La porción celular de los mecanismos de defensa del huésped está princi- palmente compuesto por fagocitos y linfocitos. Los fagocitos más impor- tantes en la fase temprana de la in- fección son los leucocitos polimorfos nucleares. El segundo componente de las defensas celulares es la pobla- ción de linfocitos. Los linfocitos B y los linfocitos T. Se debe tener en cuenta que algunas condiciones médicas comprometen las defensas del huesped y se deben detectar en la historia clínica, ya que Manejo y prevención de infecciones odontogénicas U no de los problemas más difíciles de ma- nejar en odontología son las infecciones de origen odontogénico, que pueden ser de bajo grado y bien localizadas, las que requieren un tratamiento mínimo, hasta severas, las cuales po- nen en peligro la vida del paciente. Por Gustavo Ortiz Orrego* * Odontólogo y Cirujano Maxilo- facial, Universidad CES, Medellín (Colombia). Foto 1. Celulitis facial con compromiso de espacios faciales. Foto 2. Absceso submental. Foto 3. El paciente después del drenaje quirúrgico.