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Dental Tribune Hispanic and Latin American Edition

DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America La Figura 28 muestra la compleja anatomía del conducto radicular antes de la intervención (zonas ver- des) y la mínima limpieza a la que fue sometida la pared del canal du- rante la instrumentación (zonas ro- jas). Las zonas verdes restantes ilus- tran el espacio que, si no se trata, permiten el crecimiento bacteriano y un sustrato de soporte para la in- fección intracanal. Los sustratos po- tenciales que se encuentran dentro del canal y ayudan a sobrevivir a las bacterias puede incluir tejido pulpar sin tratar, biofilm y líquido tisular. Estos pueden estar presentes en el conducto debido a un mal sellado coronal o radicular y a la prolifera- ción microbiana. La presencia de un mal sellado, bacterias y un sustrato donde puedan crecer son condicio- nes ideales para la persistencia de la inflamación y de la enfermedad9 . Las bacterias presentes en la infec- ción inicial de un canal radicular difieren notablemente de las que in- fectan un diente tratado previamen- te. El pretratamiento de la flora es polimicrobiano, con igual número de bacterias Gram-negativas y posi- tivas. En cambio, las bacterias pos- tratamiento son predominantemen- te Gram-positivas10 y han demos- trado ser capaces de sobrevivir en ambientes hostiles y ser resistentes a muchos métodos de tratamiento. Sobre todo se encuentran presentes un gran número de especies de Ente- rococcus11 . La Enterococcus faecalis, por ejemplo, ha demostrado ser tan común que está presente entre el 27 al 77% de los dientes en la enfer- medad postratamiento12 . Un espacio contaminado del conducto puede ser el resultado de una deficiente limpieza inicial o de una filtración posterior en los espacios del canal de la raíz tras el tratamiento radicu- lar. Una vez presente en el interior de los canales, la E. faecalis tiene una características que le permiten evadir nuestros mejores esfuerzos para erradicarla del sistema radi- cular, incluyendo la capacidad de invadir los túbulos dentinarios y ad- herirse al colágeno13 . Es también re- sistente a la aplicación de hidróxido de calcio en el interior del sistema radicular, una técnica utilizada en- tre tratamientos para ayudar a eli- minar microorganismos y productos derivados, como lipopolisacáridos, del conducto14,15 . La resistencia de la E. faecalis al hidróxido de cal- cio proviene de su capacidad para bombear iones de hidrógeno de una bomba de protones. El hidrógeno se fusiona con los iones hidróxido de calcio y neutraliza el elevado pH16 . La E. faecalis es también capaz de resistir al hidróxido de calcio por ser parte del biofilm. La protección de las bacterias dentro de una ma- triz de biofilm impide el contacto de las bacterias con irrigantes y medi- camentos y permite la comunica- ción entre ellas, lo cual ayuda a su supervivencia17,18 . La presencia de E. faecalis está bien documentada; sin embargo, su papel en la enfer- medad postratamiento no se ha sido comprobado definitivamente19 . Sus El Dr. Gilbert, conferencista in- ternacional, es profesor en el Departamento de Endodoncia de la Universi- dad de Illinois y especialista en el Resurrection Medical Center (Chicago). Además, tiene una clínica privada especializada en endodoncia en Niles (Illinois). Figura 1a Figura 1b Figura 1c Figura 2 Endodoncia 15